Pedrosa, un adiós sin corona
El piloto de Castellar anuncia su retirada a los 32 años por falta de motivación
“Siento que ya no vivo la competición con la misma intensidad que antes, y que tengo otras prioridades en mi vida”. Con la misma honestidad con que durante 18 temporadas ha competido en la pista en el campeonato del mundo, Dani Pedrosa Ramal (32) anunciaba ayer los motivos de su próximo adiós, para siempre, de MotoGP. Una decisión “muy meditada desde hace mucho tiempo” que toma tras unos últimos años en los que había dejado de ser competitivo, de estar entre los mejores y de aspirar a un título que se le ha negado en sus 13 cursos en la clase reina.
Se marchará Pedrosa del Mundial tras el GP de Valencia, el 18 de noviembre, sin haber logrado la corona de MotoGP para la que parecía predestinado cuando apareció por la clase de los mayores en el 2006, con un tricampeonato a sus espaldas (dos títulos de 250cc, 2005 y 2004, y uno de 125cc, 2003) y con el talento y la voracidad de los escogidos. Así lo vio venir y así lo acogió Valentino Rossi, que no dudó en designarlo su digno heredero... Sin embargo, Dani nunca pudo reinar. Se quedó cerca, con tres subcampeonatos (2007, 2010, 2012), unas veces por cruzarse con un fuera de serie como el propio Rossi, como Casey Stoner, como Jorge Lorenzo o como estos últimos cursos su vecino Marc Márquez. Otras, por tropezarse con caídas y lesiones.
Han sido su cruz, las lesiones: a 15 operaciones se ha sometido –como consecuencia de caídas– desde el 2003, cuando se rompió los dos tobillos en Australia, el inicio de su via crucis. “Me hubiera gustado tener un físico más robusto para aguantar mejor los impactos y haber tenido menos lesiones”, admitía Pedrosa al ser preguntado ayer, en Sachsenring, durante su multitudinario anuncio, sobre qué le ha faltado para ser campeón de MotoGP. Honestidad de nuevo. Lo más fácil habría sido maldecir su mala suerte; Dani lamentaba su pequeño cuerpo de 1,60 y 51 kg.
Le faltará en su brillante palmarés el título mayor, pero ese sutil detalle no le hacía ayer lamentar su trayectoria. “Lo importante, al final, es haber dado lo mejor de mí; es lo que me llevo. Me alegra ser reconocido como un piloto de leyenda del Mundial, al lado de otros grandes”, comentaba, encantado con la decisión de Dorna y de la FIM, anunciada ayer por Carmelo Ezpeleta, de nombrarle miembro del Hall of Fame y Héroe de Mo- toGP. “Durante mi carrera fui campeón en otras categorías. No serlo de MotoGP ha sido circunstancial en algunos momentos”, se resignaba sin reproches. “El placer de sentirme así es lo más importante”.
El anuncio del adiós de Pedrosa llega 28 días después de su despedida frustrada en Montmeló, cuando debía anunciar su futuro, pero la pospuso. Entonces pidió un tiempo de reflexión. “En Barcelona tenía la idea clara de mi decisión, pero apareció una oportunidad y no podía cerrarme las puertas; valoré las opciones con más tiempo, con mi gente, con mi familia, y al final, lo que sientes es lo que sientes”.
Se refería Pedrosa a la oferta que recibió para correr con el nuevo equipo satélite de Yamaha para el 2019, impulsado por el Circuito de Sepang (SIC) con el patrocinio de Petronas y con Jorge Martínez Aspar como asesor deportivo. Era la única opción seria que tenía tras comunicarle Honda que no le renovaba, el 5 de junio pasado, después de 18 años de matrimonio, y días después de anunciar que fichaba a Jorge Lorenzo. “La oportunidad que tenía era buena, no tengo nada que decir al respecto... Pero no seguir es lo que siento, es la manera de ser honesto conmigo
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“Siento que no vivo la competición con la misma intensidad que antes y que tengo otras prioridades”
mismo, la forma de abordar mi vida”, decía Pedrosa, que se emocionó al recordar sus primeros pasos en el Jarama, en la selección de Movistar, con Alberto Puig, para entrar en el equipo Honda de 125cc. “No me imaginaba que iba a salir seleccionado y que lograría más de lo que me esperaba; me siento orgulloso de lo que he hecho en este deporte, de haber hecho realidad mi sueño de ser piloto”, decía ante sus padres, Antonio y Basi, y su hermano Eric.
Pedrosa se despedirá en noviembre de MotoGP –aunque no dijo que del motociclismo (“todavía puedo hacer algunas cosas”, dejó caer)– como el 2.º piloto de la historia con más podios en la clase reina (112, como Lorenzo, detrás de los 195 de Rossi) y como el 7.º con más victorias en todas las categorías (54), empatado con un mito como Mick Doohan.