El plan de ajustes apunta también a recortes en el gasto corriente
El gobierno municipal rebaja a 20 millones de euros las mermas en inversiones para el 2019
Más allá del recorte de 107 millones de euros en inversiones que plantea el documento interno del Ayuntamiento del que ayer desgranó una parte La Vanguardia, los desajustes de las arcas municipales del gobierno de la alcaldesa Ada Colau podrían traducirse también en una rebaja del 5% del gasto corriente en todas las áreas del gobierno municipal. Hacia esa línea apuntan los grupos de la oposición que ayer reclamaron transparencia al ejecutivo local sobre los desajustes del presupuesto hasta el punto que también se planteó la posibilidad de celebrar un pleno extraordinario.
“Barcelona no se merece un gobierno con tanta incompetencia que dilapide la solvencia”, manifestó el líder de los socialistas en el Ayuntamiento, Jaume Collboni, que se refirió también a la supuesta rebaja en gasto corriente del 5%, una segunda línea de recortes que durante esta semana incluso ha denunciado la CUP, y sobre la que fue muy tajante ayer el líder de ERC, Alfred Bosch. “Hay instrucciones claras de reducir el gasto corriente un 5% para hacer frente a una insuficiencia financiera. Será necesario que el gobierno municipal responda ante esta información”, aseguró el presidente del grupo municipal republicano, que apuntó que se podría tratar de un recorte de 100 millones de euros. “Han de explicar qué se hará y qué se retrasa”, manifestó el líder del PDECat en el Consistorio, Xavier Trias. “Entendemos que en determinados momentos se reprogramen inversiones. Es necesario transparencia, pero este gobierno engaña a la gente”, añadió el exalcalde de la ciudad. “Colau tiene que dar la cara y aclarar la situación real de las cuentas del Ayuntamiento de Barcelona”, dijo la presidenta del grupo municipal de Ciudadanos, Carina Mejías. Por su parte, el líder del PP, Alberto Fernández, reclamó un pleno extraordinario para que allí la alcaldesa presente “un informe de intervención y avalado por los servicios jurídicos municipales sobre el estado de la liquidación del presupuesto a 30 de junio”.
ERC también pidió un pleno extraordinario, que apoyaron PSC y PDECat. Ciudadanos valora sumarse mientras en los pasillos del Consistorio y en los despachos de la oposición también comienza a valorarse la petición de responsabilidades políticas.
El teniente de alcalde de Economía, Gerardo Pisarello, después de cinco días dio la cara en una rueda de prensa en la que tachó la información de los recortes de “errónea” e incluso “falsa”, aunque reconoció un vez más que el documento en el que se apunta el recorte de los 107 millones de euros es del Ayuntamiento, sólo que está “desfasado”. Negó los recor-
LA REACCIÓN
La oposición pide transparencia y exige celebrar un pleno extraordinario
LA PALABRA MALDITA Pisarello sigue sin hablar de recortes pero admite preocupación por la caída de ingresos
tes, insistió que tan sólo hay reprogramaciones de inversiones “como se hace cada año” y “por prudencia”, porque, eso sí, Pisarello admitió estar “preocupado por el descenso de ingresos”... aunque por causas externas: plusvalías, Generalitat, transferencias del Estado... “Tenemos que ser prudentes porque queremos mantener la solvencia del Ayuntamiento”, dijo Pisarello que ayer también reconoció una posible reducción de 5 millones en la inversión, aunque refiriéndose a todo el mandato. “Se había calculado una inversión de 1.675 millones de euros y será alrededor de 1.670 millones de euros”, manifestó el edil.
En una versión posterior del Ayuntamiento se apuntó la posibilidad de una reducción de inversión mayor: que podría ascender hasta los 20 millones tan sólo en el 2019. “Aunque es algo que no sa-
bremos hasta octubre”, matizó a este diario el comisionado de gerente de Presidencia y Economía, Jordi Ayala, que señaló que por ahora todo son hipótesis.
El alto responsable municipal aseguró, en este sentido, que el documento de los 107 millones de recortes en inversiones para el 2018 y el 2019 es un “documento técnico” hecho sobre el escenario más pesimista, pero que el “escenario más realista” ha mejorado , y que ahora mismo apunta hacia unos 20 millones de ajustes de cara al 2019 y no los 86 millones que preveía el otro documento. Básicamente, explicó Ayala, por la posible caída de ingresos de las plusvalías.
Con respecto a la posible reducción en el gasto corriente del 5%, Gerardo Pisarello la negó, y también que se haya comunicado esa posibilidad a los distritos en el último mes y que sea de aplicación a partir del mes de septiembre, como sí se apunta desde la oposición. Ayala, después, precisó que el 5% como concepto existe, pero no se trata de un recorte, sino de una “bolsa cojín, de reserva”, en la que se trabaja con los distritos desde el 1 de enero que se va llenando de dinero de actuaciones no ejecutadas, como la multiconsulta y que tiene como objetivo controlar desviaciones.
La oposición insistió en la idea de los recortes. Pisarello, en la rueda de prensa matinal, aseguró también con rotundidad que la biblioteca de Sarrià –uno de los equipamientos que aparecen en el documento interno municipal como uno de los 159 proyectos que se frenarían– estará en obras a principios del año que viene. Unos trabajos que a fecha de hoy no se han licitado y, según fuentes consultadas por La Vanguardia, de los que en la actualidad aún se está redactando el proyecto ejecutivo. Por si esto fuera poco, al tratarse de una obra pública que le costará a las arcas municipales 11 millones de euros, el concurso para adjudicar los trabajos debe pasar por las normas de licitaciones y procedimientos que fija la Unión Europea, por lo que el proceso es largo. Por poner un ejemplo, la biblioteca GarcíaMárquez que debe alzarse en la calle Concili de Trento, con un coste de 9 millones de euros, salió a licitación en diciembre del año pasado y, a pesar de que la ejecución del proyecto se adjudicó en mayo, todavía no se ha formalizado el contrato. Si el Ayuntamiento quisiera acelerar el proceso debería acabar ya el proyecto ejecutivo o licitar sin tenerlo y aun así, con un calendario tan ajustado, estaría por ver si “habrá excavadoras en la plaza Sarrià a principios del 2019”, como aseguró ayer el edil.
Al menos trabajando.