La princesa filósofa debuta como diseñadora
Es una mujer sorprendente. Con una vida en principio resuelta pero con inquietudes de lo más diverso que acaban por sorprender. Unas veces se vuelca en su faceta de it girl y otros prefiere ser tratada como una brillante amazona. En ocasiones incide en su papel de madre (o de premamá como es ahora el caso: durante la Global Champions Tour de Monaco asistió junto a su actual pareja y padre de su futuro hijo, Dimitri Rassam) y otras en las de novia apasionada.
Pero también le tira, y mucho, la cultura. Tras cursar un grado de filosofía en la Universidad de la Sorbona (París) y comenzar en el 2015 a promover los Encuentros Filosóficos de Mónaco, la princesa que el próximo 3 de agosto cumplirá 31 años advirtió que “el papel es mi mundo. Escribir es mi medio. Es un espacio de libertad que me reafirma y me hace resistir”. Se confesó entonces arrebatada por Baudelaire y Rimbaud, y demostró al mundo que hay vida más allá de sus estilismos... Entonces publicó Archipiélago de pasiones, dedicado a su padre, Stefano Casiraghi que falleció cuando ella tenía cuatro años y abrió un camino que ha ido ensanchando. Una senda que ahora la ha llevado a debutar como diseñadora de joyas. Y como era de esperar Carlota Casiraghi no resuelve su compromiso con Montblanc poniendo su firma y basta, sino entregándose, como siempre, en cuerpo y alma.
La inspiradora de la que es su primera colección, dice, ha sido Nancy Cunard. Apasionada por la vida de la legendaria escritora, musa e icono del estilo de los años veinte y de la elegancia más audaz , la princesa ha versionado su apego a las pulseras de diferentes tamaños y texturas en ambos brazos.
Para Carlota Casiraghi “ella fue, en su día, el epítome de la mujer moderna, una autora y escritora de éxito, así como una pionera del estilo atrevido”. Por eso hoy es la fuente de la que bebe Les Aimants (los imanes), que es el nombre que la embajadora de Montblanc ha otorgado a su colección. “Es atrevida y elegante, creada para la mujer de hoy, que sabe lo que quiere, y que se expresa de nuevas maneras para divertirse y disfrutar, personalizando su aspecto mediante la combinación de los opuestos para lograr su propia elegancia” resuelve.
¿El resultado? Su particular visión de “la atracción de los opuestos, brazaletes, anillos y collares, en diferentes materiales y colores, crean infinitas combinaciones de estilo. Uno, dos o tres brazaletes de diversas formas y texturas se dibujan entre sí por medio de imanes ocultos, que evolucionan. Esto es, que pueden adaptarse al día pero, dice Carlota Casiraghi, pueden resolverse en “una declaración audaz de noche”.
Sus joyas y este juego que permite separar y juntar piezas en diversos tuvo su debut internacional en el Festival de Cine de Cannes, en mayo pero es ahora cuando salen a la venta. Entre tanto ella ha ido combinando experiencias. Tanto como embajadora de Montblanc y de Gucci, como colaboradora de la Fundación François-Xavier Bagnoud con un programa sólido para la erradicación de la pobreza en el mundo...
Todo sin olvidarse de dedicar el máximo tiempo a su hijo Raphael, nacido de su relación con el actor Gad Elmaleh, y de preparar el nacimiento del que tendrá con su nuevo novio productor de cine, Dimitri Rassam. Ni más ni menos que el hijo de la actriz Carole Bouquet.
La colección
Les Aimants (los imanes) se inspira en el estilo irreverente de la escritora Nancy Cunart