Gesto del Ayuntamiento hacia la comunidad judía con la calle Ben Adret
No sólo será un cambio en el nomenclátor, es algo más: la calle de Sant Domènec del Call pasará a llamarse Solomon Ben Adret, lo que equivale a decir que dejará de evocar un sangriento pogromo para reivindicar una figura central de la cultura judía de Barcelona.
La modificación ya está aprobada por el pleno del distrito de Ciutat Vella y se esperará a una fecha emblemática para hacerla efectiva. Ayer, el primer teniente de alcalde de la ciudad, Gerardo Pisarello, y la regidora del distrito, Gala Pin, se reunieron con los representantes de las comunidades judías de la ciudad, para formalizar el hecho, que había sido solicitado por carta a la alcaldesa por los representantes de estas asociaciones.
Es una calle estrecha, pero en su momento fue el centro del barrio judío medieval de la ciudad. En ella estaban las carnicerías kosher y a su alrededor se ubicaban las sinagogas. En los siglos XIII y XIV, la comunidad judía era, aproximadamente, el 10% de la población de Barcelona y destacaba por el nivel de sus médicos, juristas y comerciantes, además de que agrupaba a los prestamistas, porque ni cristianos ni musulmanes podían ejercer esta actividad por imperativo de su religión. Era la calle mayor.
Pero todo cambió en agosto de 1391. El día 5 se inició el asalto al barrio, que duró hasta el 8. Fueron asesinados por los menos 300 personas, cuyos cadáveres fueron arrojados a pozos. Los supervivientes o se tuvieron que convertir a la fuerza o abandonar la ciudad. Tras el pogromo, la calle pasó a llamarse Sant Domènec, en homenaje al fundador de la orden de los Dominicos.
Pisarello declaró ayer que el nombre “recuerda un hecho infausto y era inaceptable en una ciudad donde la comunidad judía tiene una presencia importante y es muy activa”. El cambio “es un acto de reparación en un momento en que la intolerancia, antisemitismo, islamofobia y nuevas formas de fascismo están presentes en Europa”
Ahora la calle se llamará Salomó Ben Adret, que es una figura central de la cultura judía barcelonesa. Vivió entre 1235 y 1310, y fue rabino de Barcelona durante 40 años. Nacido en una familia de prestamistas, se dedicó al estudio y fue uno de jurisconsultos y talmudistas principales de la época, llegando a fundar su propia academia. Como responsable de asuntos judíos sirvió a tres reyes: Pere II, Alfons II y Jaume II.
Las relaciones entre el Ayuntamiento y las comunidades judías no siempre han sido plácidas y vivieron una última crisis con la visita de la activista palestina Leila Khaled a la ciudad, el pasado mayo. Ahora el Consistorio ha tenido un gesto hacia esta comunidad y elimina el recuerdo de un pogromo que fue el fin de los judíos de Barcelona durante siglos.