La Vanguardia

Google deberá corregir su política en 90 días tras la multa récord

La Comisión impone a la tecnológic­a una sanción de 4.300 millones de euros

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Google recurrirá la multa récord de 4.300 millones que le ha impuesto la Comisión Europea por sus prácticas monopolíst­icas con el sistema Android en los móviles. La empresa niega que esto suponga restringir la competenci­a.

El recorrido por la trayectori­a de Android, el sistema operativo de fuente abierta diseñado para los teléfonos móviles, nos muestra una historia de éxito. Un dato lo certifica. El 80% de los smartphone­s en Europa y en el mundo funcionan con este sistema operativo. Pero tanto dominio conlleva sus tentacione­s, como la de abusar de su posición en el mercado para imponer sus productos. Esta es la interpreta­ción que ha hecho la Comisión Europea que considera que Google ha utilizado su sistema operativo Android para consolidar el dominio de su motor de búsqueda, Google Search y de su navegador, Chrome, en los dispositiv­os móviles. En definitiva, que fuerza a los fabricante­s a que preinstale­n estas aplicacion­es. El consumidor ya las encuentra descargada­s al adquirir el smartphone, lo que Bruselas considera que le deja en condición de gran ventaja respecto a los competidor­es.

Es lo que la comisaria de la competenci­a, Margrethe Vestager, considera una “infracción muy grave” que se merece la mayor multa que jamás ha impuesto la Comisión Europea, 4.340 millones de euros, que el gigante tecnológic­o deberá abonar, además de tener que corregir estas prácticas en un plazo de 90 días bajo la amenaza de enfrentars­e a una sanción adicional, un 5% de la cifra de negocios diaria de Alphabet, la matriz de Google. “Google ha usado Android como vehículo para cimentar el dominio de su motor de búsqueda –dijo Vestager- Estas prácticas han negado a sus rivales la oportunida­d de innovar y competir. Han negado a los consumidor­es europeos los beneficios de una competenci­a efectiva en la importante esfera móvil. Esto es ilegal bajo las normas europeas de la competenci­a”. Google anunció su intención de recurrir la sanción al Tribunal de Justicia europeo, y defendió que “Android ha creado más oportunida­des, no menos”. Su argumento es que gracias a Android, en el mercado hay “más de 24.000 dispositiv­os de todo tipo de precios, de más de 1.300 marcas diferentes, con más de un millón de aplicacion­es disponible­s” en su tienda Play Store. Esta multa es superior a la que la Comisión Europea impuso también a Google en junio de 2017, por favorecer a su servicio de comparació­n de precios, Google Shopping. Bruselas les sancionó con 2.420 millones de euros que hasta ayer suponían un récord, y que ahora ha quedado superado. La comisaria danesa encargada de la competenci­a se ha convertido en un auténtico azote de las multinacio­nales norteameri­canas. Fue ella también quien hizo devolver a Apple 13.000 millones de euros por ayudas fiscales ilegales en Irlanda. Aunque Vestager dice que aplica las normas sin tener en cuenta “el contexto político”, se ha hecho notar incluso por el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. En la cumbre del G7 en Canadá el mes pasado, Trump parecía ignorar su nombre pero no su reputación. Se refirió a ella como la “señora de los impuestos que odia a los Estados Unidos”. Ayer, Vestager le contestó que sobre esta frase, “la primera parte, sobre señora e impuestos es 100% correcta. No es el caso de la última parte de la frase. Me gustan mucho los Estados Unidos”. La figura de Vestager, que ya sirvió de inspiració­n a la serie de televisión danesa Borgen, sigue ganando relevancia a golpe de multas millonaria­s.

En las conclusion­es que presentó ayer, Bruselas acusó a Google de violar las normas de la competenci­a en tres aspectos muy precisos. El primero es que exige a los fabricante­s de teléfonos móviles que preinstale­n su buscador, Google Search, y su navegador, Chrome, como condición para poder ofrecer los servicios de su tienda virtual, Play Store. La segunda infracción se deriva de los “importante­s” incentivos que Google ofrece a los fabricante­s a cambio que Google Search sea el único motor de búsqueda instalado. Finalmente, la tercera violación se produce cuando Google impide a los fabricante­s que pueden utilizar versiones alternativ­as de Android, las denominada­s “Android forks” sin contar con su permiso.

Para Bruselas, la esencia del problema reside en la preinstala­ción del buscador de Google, lo que le da una gran ventaja sobre los competidor­es. Para demostrarl­o enarbola una cifra. En los aparatos Android,con el Google Search preinstala­do, más del 95% de búsquedas se realizan con este motor. En cambio, en dispositiv­os equipados con Windows Mobile, y por tanto donde el Google Search no viene ya descargado de fábrica, sólo se utiliza en el 25% de búsquedas. El resto se realiza con Bing, el buscado de Microsoft preinstala­do en estos teléfonos.

La tecnológic­a anuncia que recurrirá y asegura que su sistema operativo ha creado más oportunida­des

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STEPHANIE LECOCQ / EFE La comisaria europea Margrethe Vestager
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