La UE contra Google
LA multa de 4.340 millones de euros impuesta por la Unión Europea a Google, el gigante digital mundial con sede en California, supera todos los récords registrados hasta la fecha. La razón que justifica tan elevada sanción es la consideración de que la compañía ha abusado de la posición dominante de su sistema Android, que utilizan gratuitamente la mayoría de los teléfonos inteligentes (smartphones) y tabletas, para consolidar el liderazgo de su buscador de internet. La comisaria europea de la Competencia, la danesa Margrethe Vestager, ha sido contundente en su acusación: “Google ha utilizado prácticas ilegales” para conseguir este objetivo.
La Comisión Europea ha constatado, en concreto, que Google ha exigido a los fabricantes que preinstalen la aplicación de Google Search y su navegador Chrome como condición para obtener la tienda de aplicaciones en línea Play Store; que ha pagado a grandes fabricantes de teléfonos para que instalen en exclusividad su sistema y, asimismo, ha prohibido instalar versiones de Android que no hubieran sido aprobadas por la compañía.
La millonaria multa a Google ha tenido una acogida dispar en el sector tecnológico. Para unos, el hecho de que el gigante informático pueda poner fin a sus prácticas anticompetitivas con el sistema Android favorecerá la oferta y la innovación en el ámbito digital. Ello daría la opción a nuevos actores en el mercado de los sistemas operativos para teléfonos móviles y aplicaciones, que ahora está prácticamente monopolizado por Google. Para otros, en cambio, es muy negativo que la Comisión Europea haya penalizado a una compañía, como Google, que ha sido una de las principales fuerzas a favor de la competencia en el mercado móvil y que a través de su sistema Android facilita el funcionamiento de la red por su flexibilidad, facilidad de uso y equilibrio, cualidades que a partir de ahora podrían verse afectadas.
En un comunicado Google ha anunciado que recurrirá la multa. Se defiende diciendo que el sistema Android que ha desarrollado ha creado más elección para todos a través de un ecosistema vibrante, rápido, innovador y con precios más bajos que facilitan una competencia robusta. Lo cierto es que no se pueden discutir las grandes aportaciones que ha hecho Google al desarrollo de la economía digital, ni la supremacía que ha alcanzado. Pero ello no justifica que restrinja la competencia de los demás operadores con sus actuaciones.
No son las primeras multas, aunque sí las más elevadas y contundentes, que impone la Comisión Europea a la compañía estadounidense por actuaciones similares. Lo que pretende ahora la Comisión Europea es que a Google deje de serle rentable pagar las multas y seguir con sus prácticas abusivas contra la competencia. Para ello, además, insta a Google a poner fin a estas pràcticas en noventa días bajo la amenaza de enfrentarse a una sanción adicional del 5% de su cifra de negocios diaria .
La enorme rentabilidad que obtiene Google con su posición de dominio en el sector está fuera de toda duda. Alphabet, la matriz de la compañía, es una de las primeras empresas del mundo por capitalización bursátil, valorada en 738.000 millones de dólares. A través de la publicidad que le genera su buscador, en el 2017 ingresó 110.835 millones de dólares y obtuvo unos beneficios de 26.146 millones. De ahí sus estrategias para evitar la competencia y mantener el liderazgo. Habrá que esperar para ver si las multas de la UE logran esta vez ser disuasivas o no. De momento, con el recurso contra la sanción Google gana tiempo, ya que el contencioso será largo y complejo.