Final de la escapada
La Guardia Civil tiende una trampa y detiene al ‘Rambo de Cantabria’ cuando regresaba a su casa después de haber huido
La Guardia Civil ha detenido esta madrugada, poco antes de la una, a Luciano José Simón, el vecino de Turieno (Cantabria), de 58 años, que se fugó en la mañana de ayer de su casa tras atrincherarse once horas y de la que salió armado sin ser visto, después de disparar a los agentes, uno de los cuales resultó herido.
Fuentes de la investigación confirmaron a la agencia Efe que el hombre fue detenido cuando volvía a su casa por agentes de la Guardia Civil, que se encontraban ocultos esperándole y le tendieron una trampa.
Durante la jornada, cien agentes fueron movilizados para cazar al que se ha apodado como el Rambo de Cantabria en la comarca de Liébana, a los pies de los Picos de Europa. El fugitivo, considerado “extremadamente peligroso”, tras intercambiar decenas de disparos con la Guardia Civil la noche del martes y la madrugada del miércoles (hirió a un agente), logró burlar el espectacular cerco policial y escapar a primera hora de la mañana de ayer de la casa en la que se había atrincherado.
Los cien vecinos de Turieno, el escenario de esta historia que parece sacada de un guión de cine, no pegaron ojo hasta que la Guardia Civil puso fin a la escapada.
Todo empezó cuando el cuartel de Potes recibió una llamada el martes por la tarde de un habitante de este pequeño y tranquilo núcleo que pedía ayuda. Informó de que se había peleado con su hermano y le había amenazado con una navaja. La primera patrulla desplazada a la dirección facilitada por esta persona ya no pudo entrar en la casa. Al acercarse a la vivienda (alrededor de las nueve de la noche) los agentes fueron recibidos a tiros.
Enseguida se supo que el autor de esos disparos era Luciano José Simón Gómez, un vecino de Turieno drogodependiente, con antecedente por drogas, atentado a la autoridad y robo que hace unos ocho años regresó al pueblo tras haber vivido en Santanderpa ra instalarse en la casa paterna.
Los agentes intentaron convencerle para que dejara de disparar. Pero Luciano José –conocido por sus vecinos como Simón– se atrincheró en la casa y no dejaba de repetir la misma frase: “Os voy a matar a todos”.
La Guardia Civil desplazó a efectivos de unidades de asalto a ese pequeño pueblo de Cantabria para detenerlo. Pero el primer operativo fracasó. Los momentos de mayor tensión se vivieron entre la una y las dos de la madrugada del martes, cuando se oyeron, según testimonios de vecinos, hasta 150 disparos.
A las seis de la mañana llegó la calma. Y los agentes consideraron dos hipótesis: el hombre se había podido dormir o había sido alcanzado por alguno de los disparos. Y asaltaron la casa. La sorpresa fue mayúscula cuando comprobaron que en la vivienda no había nadie. Simón había logrado escapar (se cree que por la ventada de una buhardilla del tercer piso) y burlar el dispositivo para esconderse en los bosques de la zona con varias escopetas, por lo que se recomendó a los vecinos no salir al monte.
El hombre había huido tras herir a tiros a un agente, después de una pelea a punta de navaja con su hermano