El Barça, cantera de la NBA
EN ZONA
Ay, si no se hubieran marchado! Tiene todo el derecho a pensarlo, y a lamentarse, este Barça Lassa sumido en algo más largo que unas horas bajas. Porque hasta nueve jugadores que en algún momento fueron suyos actuaron la temporada pasada en la NBA. Ningún otro club de la órbita FIBA llega a tantos. De hecho, solo seis universidades estadounidenses, el gran vivero de la liga, han tenido este año más representantes. La lista la encabeza Kentucky, con 27, 22 de ellos elegidos en los seis últimos drafts. Buen programa. Siete de esos nueve exazulgrana pasaron directamente del Barça a la NBA. Las excepciones son Marc Gasol, que alcanzó la dimensión de estrella en sus dos campañas en el Akasvayu gerundense, y Joe Ingles, que jugó un año en el Maccabi Tel Aviv.
Los contratos de los tres últimos que dieron ese paso –descontando a Xavier Munford, que ha tenido en Milwaukee un papel tan residual como el de aquí: sólo 6 partidos en la primera fase y fuera de la lista para los playoff– ilustran claramente la imposibilidad de luchar contra el monstruo americano. Mario Hezonja, que se fue en el 2015 y ahora ha fichado por los New York Knicks, cobró unos 400.000 euros en su última temporada barcelonista. En la primera en la NBA, 3.030.000. Los que le siguieron en el 2016, Tomas Satoransky y Àlex Abrines, pasaron de ganar unos 800.000 cada uno a 2.870.000 y 4.860.000 respectivamente. ¿Cómo se les retiene? En estas condiciones, es un milagro que Sergio Llull haya preferido continuar en el Madrid cobrando 2,7 millones de euros al año. Aquí es mucho dinero, pero en EE.UU. podría cuadriplicar esa cifra.
De todos los exbarcelonistas, el que ha hecho mejor temporada es Ricky Rubio, al que el cambio de Minneápolis a Salt Lake City le ha venido de perlas, ejerciendo menos de asistente y más de realizador: 13,1 puntos con un 35,2% en triples, topes de su carrera, en una primera fase que los Jazz acabaron como cohetes, ganando 29 de los 35 últimos encuentros, y que elevó a unos espléndidos 14 puntos, 7,3 rebotes y 7 asistencias –incluido un histórico triple doble– en los primeros playoffs de su vida en la NBA, antes de sufrir una lesión que hundió a su equipo. Ricky es, junto a Marc Gasol, el único de aquellos que ha conseguido ser titular en todos los partidos que ha jugado.
También el australiano Joe Ingles (compañero suyo ahora en Utah, que no en el Barça, pues llegó en el 2011, cuando se fue el de El Masnou) ha hecho la campaña de su vida y mejorado en los playoffs su aportación de la primera fase: de 11,5 a 14,5 puntos y de un ya muy notable 44% a un 45,5 % en triples. En sus dos años de azulgrana nunca pasó de 7 y un 39% respectivamente. No siempre se da que a un nivel más alto el protagonismo sea menor.
Los mejores números entre los exbarcelonistas son los de Marc Gasol (17,2 p, 8,1 r, 4,2 a), pero la nefasta temporada de Memphis arruina cualquier prestación individual en su plantilla. Él y Hezonja (9,6 p, 3,7 r con Orlando, que no ha ejercido la opción para renovarle contrato) son los únicos que no entraron en unos playoffs en los que Ilyasova, en sus cifras habituales (9,6 p, 3,7 r), llegó a las semifinales de conferencia tras huir de Atlanta a Philadelphia y en los que cayó a la primera Pau Gasol, cada vez menos protagonista en San Antonio: 10,1 p (mínimo de su carrera), 8 r. Aunque asegura que le “queda gasolina para rato”.
Abrines no acaba de despegar en Oklahoma (4,7 p) y Satoransky, en cambio, ha duplicado sus minutos en Washington y mejorado mucho su aportación del debut: 7,2 p, 3,9 a.
“Ay, si no se hubieran ido”, puede pensar el culé: nueve azulgrana jugaron en EE.UU. el curso pasado