La pugna en el PP alcanza su clímax
El congreso dirimirá entre el liderazgo de corte aznarista de Casado o el rajoyista de Santamaría Rajoy se despide hoy de la presidencia del partido molesto con sus exministros
Pizza contra asador. Como Pablo Casado había previsto una comida ayer con exministros de Rajoy en un asador de Madrid, el equipo de Soraya Sáenz de Santamaría divulgó una foto comiendo pizzas.
A pesar de la guerra de cifras, de que los candidatos se proclaman ganadores y con una gran ventaja, de unos 15 o 20 puntos, la realidad es que el congreso del PP empieza hoy con una situación muy abierta, donde puede ganar cualquiera de los dos aspirantes a presidir el PP, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, pero todo hace indicar que será por un pequeño margen.
El apoyo explícito de María Dolores de Cospedal a Casado, secundado por una buena parte, no toda, de los compromisarios de CastillaLa Mancha, y la falta de un pronunciamiento explícito por parte de Alberto Núñez Feijóo pero sí encu-García bierto –a través de sus alcaldes y presidentes provinciales, empezando por el secretario general del PP de Galicia, Alfonso Rueda, que, como otros muchos, han utilizado Twitter para dar su apoyo al vicesecretario de comunicación del PP– han mermado las expectativas de Santamaría.
No obstante, la exvicepresidenta mantiene sus expectativas, porque cuenta con su triunfo entre la militancia en 30 de las 60 circunscripciones del pasado día 5, lo que permite augurar un amplio apoyo en estas provincias, que se vería amenazado si, como dicen en la candidatura de Casado, han sumado a todos los compromisarios de Cospedal y a los de Galicia.
Un empate técnico, pues, con un porcentaje de un 10% aún indeciso, que pueden determinar en el congreso, según cómo se desarrolle, quien será el nuevo presidente del PP, el sustituto de Mariano Rajoy. De ahí que en el Partido Popular cada vez haya más dirigentes que crean que, como ocurrió en el congreso del PSOE que eligió por primera vez a José Luis Rodríguez Zapatero, cuando ganó a José Bono por 9 votos, el discurso que hagan los candidatos pueda ser crucial para que la balanza se incline hacia uno u otro lado.
Y como los candidatos son conscientes de ello, sus equipos, en especial el de Casado, trató ayer de crear una imagen de ganador que arrastre a los compromisarios indecisos. Los alcaldes y cargos públicos de Galicia y Extremadura que le apoyan fueron dándole su aval uno a uno, hasta provocar esa sensación de victoria, que llegó a preocupar en la candidatura de Santamaría. Desde el presidente del PP de Catalunya, Xavier García Albiol, a su secretario general, Santi Rodríguez, y hasta una cuñada de Rajoy.
Pero el foco de atención estuvo en la comida organizada por un grupo de exministros de Rajoy que apoyan a Casado. Hubo una baja inesperada, la de Jorge Fernández, que tuvo que regresar a Barcelona por el fallecimiento de un hermano, pero que firmó junto a los demás –María Dolores de Cospedal, José Manuel García-Margallo, Dolors Montserrat, Rafael Catalá, Isabel Tejerina, José Manuel Soria y Juan Ignacio Zoido– un manifiesto de apoyo a la candidatura de Casado, de quien subrayan que “representa la renovación y la experiencia necesarias que precisa hoy nuestro partido” y presenta un “proyecto político ilusionante en defensa de la democracia, la libertad y la unidad de España”.
Los exministros, conocedores del malestar que ha provocado en Rajoy la convocatoria del almuerzo en torno a Casado, que asistió a la reunión, por las palabras del candidato en las que pone en tela de juicio su labor al frente del PP y del gobierno, quisieron dejar claro la iniciativa no es en contra de la exvicepresidenta Santamaría, y por eso, en el manifiesto, los exministros subrayan que están “orgullosos de nuestro partido, de nuestros gobiernos, e ilusionados con nuestro futuro”.
Esta circunstancia hace que ha-
yan aumentado las expectativas por el discurso que hoy pronunciará Rajoy en el congreso. La primera jornada del cónclave popular está concebida como un homenaje al que ha sido presidente del PP durante 14 años, y presidente del gobierno los últimos siete años y medio. Un discurso de despedida en el que todos tendrán puestos los cinco sentidos por si hace algún reproche a alguien o al final pierde su neutralidad y se inclina por uno de los candidatos. También los compromisarios estarán a la expectativa del discurso de Cospedal, todavía como secretaria general, para presentar el informe de gestión del último año y medio, que los partidarios de Santamaría esperan que no aproveche para hacer campaña por Casado.