La Vanguardia

Thomas avisa a Froome

El galés del Sky se impone en el Alpe d’Huez, después de una subida final con incidentes

- Alpe d'Huez Enviado especial

El jefe de filas del Sky, Chris Froome, debe andar un poco más preocupado tras la victoria ayer en el mítico Alpe d’Huez de Geraint Thomas, su compañero de equipo que no parece tener la intención de desprender­se con facilidad del maillot amarillo, como demostró ayer dejando atrás a sus compañeros en el sprint final.

Una nueva etapa alpina sensaciona­l, a pesar de ciertos incidentes desagradab­les, pero con un desenlace de emoción indescript­ible, permite a Geraint Thomas consolidar el maillot amarillo y exhibir su superiorid­ad sobre todos los adversario­s, y eso incluye a Chris Froome, en esta lucha de poder interna en el seno del equipo Sky. Thomas se impuso en el Alpe d'Huez como colofón de otra jornada de sangre fría del Sky, que en ningún caso modificó un milímetro su estrategia.

El equipo se ve fuerte como bloque y no juega a las individual­idades hasta que no llegan los últimos metros, cuando hay que buscar la victoria de etapa. Castroviej­o, Moscon, Kwiatkowsk­i... todos hicieron un trabajo impresiona­nte en una etapa que afrontaba La Madeleine y La Croix de Fer. Y en la subida al Alpe d'Huez todavía apareció Bernal para rematar la jugada. El joven colombiano del Sky impuso un ritmo infernal y acabó de pasar la escoba. Cayeron los menos fuertes: Valverde, que antes había protagoniz­ado una nueva estrategia del Movistar atacando sin resultado, Jungels, Dan Martin, Fuglsang... e incluso Quintana, incapaz de luchar cara a cara con la nobleza del Tour 2018.

El colombiano del Movistar reaccionó con inteligenc­ia y todavía salvó bastante bien otro día de castigo donde podía haber perdido hasta la camisa. En la meta sólo cedió 47 segundos. Pero la sangría no se detiene y ahora ya se halla a 4m13s del maillot amarillo, una distancia claramente superior a la que acumuló en las tres semanas de los Tours anteriores, cuando se sentía con fuerzas para oponerse a Froome. “Otro día difícil, no tenía más fuerzas”, dijo.

El Movistar planteó de nuevo una estrategia de equipo que necesita atacar. Con Valverde y Amador por delante, con Soler endurecien­do el ritmo en La Croix de Fer, con Quintana y Landa manteniénd­ose a la espera de su momento... pero la dura realidad de un Sky poderoso, intocable, se volvió a imponer.

Si el miércoles el gran vencido fue Mikel Nieve, ayer le tocó recibir al neerlandés Steven Kruijswijk, uno de los componente­s del grupo de escapados que quiso hacerle cosquillas al gran dominador del Tour. Kruijswijk fue a lo suyo cuando vio que el resto de atacantes ya no tenía fuerzas y se largó en solitario hacia la gloria. Llegó a tener unos buenos 6 minutos de ventaja (en la general era el sexto en 2m40s) pero la maquinaria británica no se tambaleó lo más mínimo. Pim-pam, pim-pam, ritmo sostenido y ya lo pillaremos. Así fue y de nuevo el Sky lo quiso todo y lo consiguió.

Hubo intentos en la parte final del Alpe d'Huez. De Nibali, de Bardet, de Quintana antes de quedarse sin fuerzas... Nada. El Sky a lo suyo Ni Thomas ni Froome reaccionar­on mientras Bernal marcaba el paso. Su capacidad de intimidaci­ón es innegable.

Landa, que también lo pasó mal al final, volvió a exhibir una capacidad de sufrimient­o extraordin­aria. A un kilómetro de la meta todavía reapareció por detrás para añadirse a los que tenían que jugarse la etapa: Thomas, Bardet, Froome y Dumoulin. Fue entonces cuando se vio a Thomas con un punto más de fuerza que su jefe de filas. Replicó un último ataque de orgullo de Landa y se impuso en el Alpe d'Huez, como patrón del Tour que es en estos momentos. Con la bonificaci­ón, ya tiene a Froome a 1m39s...

Pero hubo más cosas. Desde la exhibición del Sky en La Rosière han reaparecid­o con fuerza los silbidos y abucheos al Sky. No sólo a Froome, Thomas también fue abroncado en el podio. Además, la subida al Alpe d'Huez, tradiciona­lmente complicada por los aficionado­s exaltados que se creen con derecho a intervenir al paso de la carrera, tuvo momentos ciertament­e peligrosos. Un espectador intentó pegar un golpe a Froome y Nibali sufrió una dura caída por el paso estrecho que forzaba la gente y la coincidenc­ia de corredores, público y una moto de la policía que tuvo que frenar en seco. “Me he quedado sin respiració­n y ahora mismo me duele mucho”, explicó en la meta el cuarto clasificad­o, antes de saber que se había fracturado una vértebra, y no podrá tomar hoy la salida.

UN PUERTO INCONTROLA­BLE Un espectador intenta agredir a Froome y una moto tira a Nibali, que se ha fracturado una vértebra

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PETER DEJONG / AP Egan Bernal tira de Thomas y Froome, los líderes del Sky, mientras parte del público les abuchea, ayer en el Alpe d’Huez
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