Trump quiere otro abrazo de Putin
El presidente invita al líder ruso y ataca a Europa por multar a Google
El presidente Donald Trump parece dispuesto a desafiar las leyes de la psiquiatría. Ser político republicano bajo su mandato se ha convertido en un ejercicio de alto riesgo. Peligra su salud mental dada la volatilidad de su líder.
En una semana caótica a costa de su cara a cara con su homólogo ruso Vladímir Putin, y posterior rueda de prensa, diciendo un día una cosa y al siguiente la contraria, haciéndose evidente el choque con los responsables de sus servicios de inteligencia, con varias estrellas de la Fox –¡la Fox!, su cadena–criticándole en abierto y con los conservadores que no saben ni qué cara poner ni dónde esconderse –antes la camisa de fuerza que romper con el jefe–, Trump redobló ayer su reto. ¿No quieres Putin, pues dos tazas.
Por el conducto oficial de su Twitter, el presidente de Estados Unidos emitió su veredicto. “La reunión con Rusia fue un gran éxito, excepto para el verdadero enemigo del pueblo, los medios de noticia falsas”. Todavía dio un paso más en su desafío. “Voy a buscar un nuevo encuentro para poder implementar algunas de las muchas cosas que discutimos, incluido frenar el terrorismo, seguridad para Israel, proliferación nuclear, ciberataques, comercio, Ucrania, la paz en Oriente Medio, Corea del Norte y más”.
Trump ha solicitado a John Bolton, su consejero de seguridad nacional que negocie la invitación para que Putin le visite en Washington este otoño.
Si bien la mayoría están sublevados con Trump –unos expresan su enfado y otros lo callan por temor a las represalias del vengativo presidente–, hay una persona que salió en su defensa: Vladímir Putin. El dirigente ruso arremetió contra los críticos de su colega. Sólo “buscan sus intereses”. afirmó. “El encuentro fue un éxito y nos ha llevado a acuerdos prácticos. Hay que ver cómo se desarrollará la situación, en especial dado que ciertas fuerzas en América intentan menospreciar y socavar los resultados de la cita”.
Entendido el asunto como una correspondencia del enamoramiento entre Trump y Putin, el estadounidense volvió a colocar en la trituradora a sus aliados, a los que Putin detesta. “Ya os lo dije”, bramo Trump. “La Unión Europea ha abofeteado con una multa de 5.000 millones a una de nuestras grandes compañías, Google. Se aprovechan de Estados Unidos, pero no por mucho tiempo más”. La Comisión Europea anunció su castigó de 4.300 millones de euros por infracción grave. Creen que abusó de su poder en el mercado para imponer su sistema operativo Android.
En sus mensajes dedicados a los avances con su colega ruso, Trump obvió el último asunto y provocaba otro escándalo. “Una oferta increíble”, replicó Trump en la rueda de prensa del lunes en Helsinki. Putin le había ofrecido que el fiscal Rober Mueller, que investiga la injerencia rusa en la campaña electoral del 2016, viaje a Moscú para interrogar a los doce espías militares a los que había imputado en las vísperas.
En ese “increíble” se incluía, en un acto de reciprocidad, que EE.UU. entregue a Rusia para cuestionarlos a once estadounidenses, entre estos Michael McFaul, embajador en aquel país durante la administración Obama, y el empresario Bill Browder.
Les quieren preguntar por supuestos delitos financieros, eufemismo, según los estadounidenses, de pasarles factura por haber hecho lobby contra Putin (Browder) o haber sido sumamente críticos con el presidente ruso. Es la réplica moscotiva del Rusiagate.
La algarabía subió de tono debido a que Sarah Huckabee Sanders, portavoz de la Casa Blanca, contestó el miércoles que Trump y su equipo “analizarán la petición”, en lugar de descartarla.
“Sería absurdo e infantil”, señaló ayer Lindsey Graham, senador republicano y compañero habitual de Trump en el campo de golf, respecto al ofrecimiento del mandatario del Kremlin. “No hay Estado de derecho en Rusia, sólo está la ley de Putin”, insistió.
A propuesta del senador Chuck Schumer, portavoz de la minoría demócrata, la cámara sometió ayer a votación una resolución para “impedir que se ponga a disposición del gobierno de Vladímir Putin a ningún diplomático, funcionario, político, agente de seguridad o miembro de las fuezas armadas”. El resultado es inapelable. Unanimidad en los dos partidos: 98 sufragios a favor y ninguno en contra.
La votación se realizó después de que la misma portavoz emitiera un comunicado en el que remarcó que Trump discrepaba
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