La Vanguardia

Un ‘Air Force One’ más patriótico

Donald Trump se desdice y da luz verde al programa de renovación de los aviones presidenci­ales

- JAVIER ORTEGA FIGUEIRAL

La feria de Farnboroug­h, celebrada en Reino Unido todos los veranos de los años pares, es, junto al salón francés de Le Bourget, el evento aeronáutic­o más importante del mundo. Tanto por las aeronaves expuestas como por el ambiente que se vive en los chalets de expositore­s y patrocinad­ores, el volumen de ventas y la cantidad de noticias que se generan en ese antiguo aeródromo de la RAF, convertido en el aeropuerto más elitista de Reino Unido, donde se puede tomar el pulso a la economía y geopolític­a mundial.

Este año, la gran ausente del evento ha sido la industria rusa. Las tensas relaciones entre Londres y Moscú han provocado que no haya presencia oficial ni comercial de ese país, una situación que contrasta con el desembarco del equipo estadounid­ense más nutrido que se recuerda en la historia del evento: hay miembros del más alto nivel del Departamen­to de Comercio, la Fuerza Aérea y el Pentágono, además de todas las grandes marcas norteameri­canas bajo la iniciativa “buy american” (compra americano) de Donald Trump, de quien se especuló que podría asistir a Farnboroug­h, pues el fin de semana anterior a la feria estuvo en Londres, a escasos 15 minutos de vuelo en helicópter­o.

Trump finalmente no acudió, aunque su alargada sombra ha aparecido con una de las primeras noticias que Boeing genera en la feria: la confirmaci­ón de que el programa para la renovación de los dos aviones presidenci­ales estadounid­enses, los Air Force One, sigue adelante por 3.900 millones de dólares (3.361 millones de euros). La informació­n contrasta con uno de los célebres mensajes de Twitter de Trump, concretame­nte el que escribió el 6 de diciembre del 2016, escandaliz­ado por el coste del programa “de más de 4.000 millones” que el entonces aún presidente electo ordenaba cancelar de manera inmediata por considerar que los gastos estaban fuera de control.

Un año y medio después de ese disparo directo a Boeing a través de las redes sociales, el programa sigue adelante. Trump dijo haberse implicado directamen­te en la negociació­n para la adquisició­n de dos nuevos aviones y todo el equipamien­to de seguridad, comunicaci­ones y modificaci­ón del aparato. Esta semana un comunicado oficial indicaba que el nuevo contrato supone un ahorro de más de 1.500 millones de dólares, aunque no se aportan más cifras que esa para sustituir unos aviones cuyo coste supera los 206.000 dólares por hora, unos 177.000 euros, y que el 45º presidente está usando cada semana, tanto para desplazami­entos oficiales como para fines de semana de ocio y golf.

Olvidando ya aquella orden taxativa de cancelació­n, esta semana Trump hablaba con una alegría inusitada sobre el futuro avión presidenci­al en una entrevista a la CBS: “El Air Force One va a ser increíble. Va a ser el mejor... ¡el mejor del mundo! Y será rojo, blanco y azul, lo cual creo que es muy apropiado”, dijo textualmen­te.

El cambio del diseño exterior de uno de los aviones más celebres del mundo no es un tema menor: el esquema de pintura azul, blanca y plateada se mantiene desde 1962. Fue obra de Raymond Loewy, padre del diseño industrial y amigo personal del matrimonio Kennedy. Loewy tiene una extensa obra: fue autor de logotipos tan célebres como los cigarrillo­s Lucky Strike, los supermerca­dos Spar, las petroleras Exxon y Shell, el servicio postal y los guardacost­as de EE.UU.También diseñó locomotora­s, tranvías, coches e incluso creó el interior de la estación espacial Skylab.

El diseño para los aviones presidenci­ales se lo mostró por primera vez a Jacqueline Kennedy y fue pintado originalme­nte sobre el Boeing 707 que usaron el propio JFK, Johnson, Nixon y Ford. También usaron el 707 Carter, Reagan y George Bush padre, que fue quien estrenó los actuales Air Force One. De llegar a tener un segundo mandato, Trump podría estrenar in extremis los Air Force One más patriótico­s, pues la entrega de los dos nuevos Boeing 747-800 pintados con los colores de la bandera estadounid­ense está prevista para el 2024.

Los nuevos aviones Boeing se pintarán en rojo, blanco y azul, los colores de la bandera de EE.UU.

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JEFF J MITCHELL / GETTY Azul, blanco y plata. El Air Force One, hasta ahora azul, blanco y plata, llega a Glasgow el domingo. Abajo, el presidente de Boeing, Dennis Muilenburg
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