La Vanguardia

El expresiden­t espera volver a Bélgica la próxima semana

La Fiscalía de SH tramitará el cierre del caso al llegar el auto

- MARÍA-PAZ LÓPEZ JAUME MASDEU

La decisión del juez Pablo Llarena sitúa a Carles Puigdemont a las puertas del regreso a Bélgica, una vez culminen los trámites formales de cierre del procedimie­nto, que incluyen el fin de las medidas cautelares que le impiden salir de Alemania. Por otra parte, el levantamie­nto de las órdenes de detención europeas e internacio­nales, junto al mantenimie­nto de la orden de arresto nacional, que ha dispuesto Llarena, abocan a Puigdemont a poder transitar libremente por el extranjero, pero a no poder entrar en España en principio hasta el 2037, pues el delito de rebelión prescribe a los 20 años, y sería detenido en cuanto cruzara la frontera.

Mientras, fuentes de su entorno indicaron que podría volver en los próximos días a la casa de la calle del Abogado de Waterloo. Así, su abogado belga, Paul Bekaert, declaró a Efe: “Acabo de hablar con él por teléfono y me ha dicho que estará de vuelta en Bruselas, en Waterloo, la próxima semana”.

La Fiscalía General de Schleswig-Holstein (SH), a quien correspond­ía la ejecución de la euroorden en los términos autorizado­s por el Tribunal Superior Regional, está a la espera de recibir el auto del TS español con el que retira la euroorden para, a su vez, zanjar el cierre del procedimie­nto dirigiéndo­se de nuevo al Tribunal de SH, informa Efe. La Fiscalía no quiso aventurar cuándo puede decaer definitiva­mente el proceso. Por su parte, la juez Frauke Holmer, portavoz del Tribunal, declinó ayer a este diario comentar la queja del juez Llarena por una supuesta “falta de compromiso” del Tribunal alemán.

Al poco de trascender la decisión de Llarena, Puigdemont argumentó en un tuit que “retirar las OEDE es la demostraci­ón de la debilidad inmensa de la causa judicial”, y, en referencia a los políticos encarcelad­os, sostuvo que “revocar la prisión preventiva sería la demostraci­ón de que la justicia española comienza a actuar como la europea”. En un comunicado, su equipo alemán de abogados, encabezado por Wolfgang Schomburg, calificó de “razonable” la decisión de Llarena. “Es la consecuenc­ia lógica de nuestros esfuerzos en los últimos meses y semanas”, afirmó el equipo, añadiendo que, según ellos, “el conflicto político de un país debe ser solucionad­o políticame­nte y no a través del Derecho penal”.

En Bélgica residen ahora tres exconselle­rs procesados: Toni Comín, Lluís Puig y Meritxell Serret. “No sé qué decisiones tomará el president Puigdemont a partir de ahora –dijo Serret, que ocupa la delegación de la Generalita­t en Bruselas desde inicios de este mes–. Desde el principio hemos esperado que pueda volver aquí, a Bélgica, a Waterloo. Ojalá pueda volver pronto”.

Mientras, desde Escocia, donde reside la exconselle­ra Clara Ponsatí, su abogado, Aamer Anwar, celebró la noticia, que consideró “una victoria tremenda”. La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, escribió en Twitter que la retirada de la euroorden contra Ponsatí era una muy buena noticia, y que “las diferencia­s políticas deben ser solucionad­as de forma democrátic­a y no a través de los tribunales”.

La primera ministra escocesa celebra la retirada de la euroorden contra la exconselle­ra Ponsatí

 ?? HANNIBAL HANSCHKE / REUTERS / ARCHIVO ?? Carles Puigdemont en una rueda de prensa el pasado 7 de abril en Berlín
HANNIBAL HANSCHKE / REUTERS / ARCHIVO Carles Puigdemont en una rueda de prensa el pasado 7 de abril en Berlín

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