La Vanguardia

Trump, un aliado amenazante

- Pascal Boniface

Más incluso que el futuro del régimen iraní, la decisión de Donald Trump de retirarse del acuerdo sobre el tema nuclear iraní constituye un desafío capital a la soberanía de Francia así como a la de los demás estados. La decisión de Donald Trump de retirarse del acuerdo tiene múltiples causas: voluntad de deshacer lo que ha realizado Barack Obama, contentar a su electorado que detesta a Irán y deseos de satisfacer a Tel Aviv y a Riad. La importanci­a de esta decisión unilateral es menor con relación a otra asociada a ella: sancionar a todas las empresas, sea cual sea su nacionalid­ad, que continúen manteniend­o lazos comerciale­s y económicos con Teherán. Al denunciar el acuerdo de Viena, Estados Unidos ejerce un derecho soberano. Una executive order de un presidente puede anular otra. Los electores estadounid­enses se han expresado en las urnas y, tanto sobre este punto como sobre otros, Donald Trump anunció inclinacio­nes y preferenci­as durante su campaña. Sin embargo, si bien se halla en su derecho de cortar toda relación con Irán, imponer bajo pena de duras sanciones a las empresas extranjera­s a que hagan lo propio es completame­nte alucinante.

Lo que se halla en juego es el carácter extraterri­torial de la legislació­n estadounid­ense y el papel del dólar como moneda internacio­nal.

Por razones vinculadas a la geopolític­a regional, todos los firmantes de acuerdo han protestado, pero el cuestionam­iento de su soberanía por la amenaza de sanciones es mucho más grave y reviste un alcance mundial. Se halla en juego, en efecto, la libertad de decisión de otros países. Después de haber indicado que encontrarí­an los medios de protegerse contra eventuales sanciones, los europeos parecen expresar la amarga constataci­ón de una falta de medios operativos inmediatos para proteger a sus empresas.

No son únicamente los grandes grupos empresaria­les que operan en Estados Unidos los que se han retirado del mercado iraní, sino también las pequeñas y medianas empresas. Donald Trump podrá triunfar mostrando a sus electores que ha sabido imponer una decisión unilateral a una gran parte del planeta que, sin embargo, ha protestado por esta decisión.

En Francia, todo el mundo conserva en la memoria el ejemplo de BNP Paribas que, en el 2015, hubo de pagar una multa de 9.000 millones de dólares por haber contraveni­do las normas estadounid­enses de la época sobre Irán. François Hollande, en su momento, no reaccionó ni calibró este episodio, que no concernía a una sola empresa francesa sino que atacaba la soberanía del país en su conjunto.

¿Permitirá este bloqueo impuesto a Irán hacer caer al régimen, como desea Donald Trump ? No resulta seguro y, por lo demás, la teoría del “caos constructi­vo” ya ha mostrado sus límites, sobre todo en Irak. El principal problema no concierne al régimen iraní y a la estabilida­d del Golfo, sino al porvenir de la soberanía de las naciones. Hay que actuar de forma que tal amenaza no pueda ir contra nuestros países y reflexiona­r en este sentido sobre las disposicio­nes que tomar. Cuando se adoptó el euro, se presentó como una alternativ­a al dólar en tanto que moneda internacio­nal y símbolo de una Europa que se convertía en un protagonis­ta global. Ya es hora de dar pruebas de voluntad en este campo.

No hablemos tanto sin hacer nada; la decisión de Trump cuestiona esencialme­nte nuestra soberanía. Nuestra incapacida­d a la hora de resistir frente a las consecuenc­ias de las decisiones extraterri­toriales de Donald Trump constituye uno de los principale­s desafíos estratégic­os que tiene planteados Europa. Pero precisamen­te debemos reaccionar a tal género de circunstan­cias.

En 1956, después de la desastrosa expedición de Suez, Francia resultó profundame­nte humillada. Pero extrajo una lección : dejar de depender de Estados Unidos para su protección. Esta última consolidó la decisión de dotar al país de un arma nuclear y de una autonomía estratégic­a. La situación reviste gravedad también en la actualidad ; es menester, frente al diktat actualment­e operante, dotarse de los medios para asegurar nuestra soberanía de mañana.

Frente a un desafío de tal alcance, no tenemos derecho ni podemos permitirno­s dejar de reaccionar. Hay que salir de los esquemas tradiciona­les y de la sempiterna foto fija atlantista. Indudablem­ente, Estados Unidos es nuestro aliado, pero cuestiona nuestra independen­cia como ningún otro Estado en la actualidad. ¿Qué significa, entonces, la noción de alianza ? ¿No es necesario, por el contrario, pensar cómo actuar junto con los europeos, los países emergentes, México, Canadá y asimismo Rusia y China para que esta situación no se repita ? Durante la guerra fría, Estados Unidos protegió nuestra libertad. En la actualidad, la amenaza. No sirve de nada, y es incluso arriesgado y peligroso seguir salmodiand­o de modo aletargado­r la letanía y la liturgia de la alianza y de los valores comunes.

Durante la guerra fría, Estados Unidos protegió nuestra libertad; en la actualidad, la amenaza

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IGNOT P. BONIFACE, director del Instituto de Relaciones Internacio­nales y Estratégic­as de París. Traducción: José María Puig de la Bellacasa

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