Preocupación por el aumento de conductas adictivas
En paralelo al crecimiento de la industria global del videojuego, se agudiza la preocupación de muchos padres y madres por el tiempo que sus hijos dedican a fenómenos como el
Fortnite. “No es un juego especialmente adictivo”, adelanta Héctor Fuster, psicólogo clínico que atiende en su consulta trastornos relacionados con los videojuegos. Autor de Nuestros hijos y sus videojuegos, una guía para prevenir conductas adictivas y perder el miedo a las videoconsolas, el profesor Fuster (UB) recomienda a los progenitores que se atrevan a probar y aprender a jugar junto a sus hijos. “Hay que conocer e informarse, y compartir el espacio de juego”, añade. Como psicólogo clínico explica que tras diez años de experiencia, cuando ha visto en su consulta un comportamiento adictivo con un videojuego era derivado de otra problemática, como una depresión. Sobre el tiempo de juego, recomienda aplicar el sentido común: que no interfiera nunca con la vida familiar, los amigos ni los estudios. Si se detecta una adicción o comportamientos anómalos, como ansiedad o agresividad, sí que hay que actuar de forma “restrictiva”, añade, hasta prohibir jugar. En el caso de Fortnite se han puesto en marcha incluso algunas campañas en Change.org instando a la prohibición del videojuego en el Reino Unido o España.