Monólogos por la inclusión
“Cuando nací, unas cuantas neuronas se fueron a tomar café y ya no regresaron... Pero esto no me impide hablar como un descosido”, soltó ayer con desparpajo ante un auditorio de unas 300 personas Marc Buxaderas, un joven de 18 años de Manresa con parálisis cerebral tetrapléjica espástica. Marc fue el protagonista en el DHUB de Barcelona del acto conmemorativo de los quince años de la Taula del tercer sector social, que aglutina a más de 3.000 entidades especializadas en atender a los ciudadanos más vulnerables.
Con sentido del humor y un toque de acidez, Marc, que además de estudiante se presenta como monologuista y conferenciante, denunció los fallos de unos a la hora de fomentar la inclusión y alabó los aciertos de otros. “Vine a Barcelona a hacer el examen de selectividad en un bus grande, limpio... Al acabar fui a la Diagonal para regresar a casa y pasan uno, dos, tres, cuatro autocares. Ninguno me sube, dicen que no pueden bajar la rampa, que espere al siguiente. Tuve que volver a Manresa en tren. ¿De qué sirve tener una rampa si el conductor no sabe ponerla? ¡Ese día me salió la bilis sindicalista de la patria de los discapacitados!” Entre el público estaban el president Quim Torra, feliz por la retirada de la euroorden contra Carles Puigdemont y los otros políticos catalanes; la alcaldesa Ada Colau, y la presidenta de la Taula, Francina Alsina.
Marc rompió con la monotonía que caracteriza las celebraciones protocolarias. Se permitió bromear sobre los culos de los catalanes, los mejores del mundo, según su visión desde la silla de ruedas; elogió el gran trabajo de los profesores de su escuela de primaria, la Agrupació Sant Jordi de Fonollosa, y reprendió conductas como la de una señora que quería abrir su negocio, un centro de estética, sin poner la preceptiva rampa. Ante la pregunta del técnico municipal de por qué había obviado un detalle tan importante, la mujer contestó: “Yo no depilaré a minusválidos. ¿No los depilan en el hospital? Con esta frase entendí por qué las urgencias están colapsadas”.
Si la respuesta de la esteticista evidencia que hay un largo trecho por recorrer, la pasión de sus maestros alienta el optimismo. “Gracias a esta escuela nunca me he sentido discapacitado del todo, estuve normalizado durante un tiempo, que es también lo que persigue la Taula, la normalización de todos. Pero el batacazo me lo di en el instituto, fue como si entrara un androide en una clase. Allí sufrí”.
Marc acabó proclamando: “Poned un discapacitado en vuestra vida”, el título de los monólogos que recita en escuelas e institutos desde hace un año. Sus padres le hicieron ver que tenía una vis cómica, que sería bueno que concienciara a la sociedad de las dificultades con que topan miles de personas a diario explicando situaciones de su vida cotidiana. Marc se ríe de sí mismo y hace reflexionar al público. Una receta muy saludable para que fluya el mensaje de la inclusión. La Taula suma quince años remando en este sentido.
Marc aprobó la selectividad y el próximo curso empezará Periodismo.
El humor reivindicativo de un joven con parálisis cerebral protagoniza el acto de los 15 años de la Taula del tercer sector