La familia nos une y separa
Dirección: Michael Haneke
Intérpretes: Isabelle Huppert, Jean-Louis Trintignant, Mathieu Kassovitz, Toby Jones
Producción: Austria-Francia-Alemania, 2017. Duración: 107 minutos. Comedia dramática. Se rumorea que esta podría ser la última película de Michael Haneke, que cumplió 76 años el pasado mes de marzo, y cuyo próximo proyecto será probablemente en el ámbito televisivo. Idolatrado por algunos y denostado por otros, este interesante cineasta austriaco ha acumulado premios en festivales internacionales, especialmente en Cannes, donde en el 2012 obtuvo la Palma de Oro por Amor, que guarda evidentes similitudes con Happy End y, en cierto modo, es su prolongación. El protagonista masculino vuelve a ser Jean-Louis Trintignant, ahora octogenario y muy distante de la juvenil imagen mostrada en 1962 en La escapada, aquella inolvidable película rodada al lado de Vittorio Gassman. Conviene recordar que Haneke obtuvo dos candidaturas al Oscar como guionista y director de la mencionada Amor.
En Happy End la familia se reúne alrededor de Jean-Louis Trintignant para celebrar el cumpleaños del patriarca. Pero ya se sabe que los encuentros familiares suelen finalizar en dramáticos desencuentros. Estallan tragedias ocultas, odios nunca olvidados y secretos hasta entonces celosamente guardados. La hija del presuntamente homenajeado está intentando salvar el negocio familiar en estos tiempos donde las desigualdades son cada vez más vergonzosas. Aparte del terrible drama representado por la inmigración, tragedia obviada por una burguesía que en realidad está asistiendo a su propio declive. El personaje de esta mujer luchadora corre a cargo de la siempre extraordinaria Isabelle Huppert, en su cuarto trabajo a las órdenes de Michael Haneke tras La pianista (2001), El tiempo del lobo
(2003) y la ya mencionada Amor.
La pasada semana, por cierto, llegaba a nuestras pantallas La cámara de Claire, donde la actriz francesa proporcionaba otra magistral actuación.
Happy End ha sido recibida con cierto recelo, pero es una película a la altura del cine que Michael Haneke ha venido practicando. El trabajo de los actores, incluyendo los infantiles, resulta magnífico. Y es que en manos de un cineasta como este, las familias dan para mucho.