Canastas en blanquiazul
Tras el éxito del hockey patines, Seccions Deportives Espanyol recupera el baloncesto perico y crea el balonmano
Albert Illa, Jordi Freixanet, Claude Riley, Juanjo Marín y Manel Bosch. Ese fue el cinco inicial que Moncho Monsalve dispuso en un Palau Municipal d’Esports hasta la bandera para tratar de remontar al rival ciudadano, dirigido ya por el incombustible Aíto García Reneses, la primera ronda de playoffs por el título de la ACB de la temporada 1988-1989, que en aquella campaña comenzó directamente en cuartos de final. Resultó una misión imposible ante un rival que en el primer duelo se había impuesto por 20 puntos y que en el segundo dejó al entonces IFA Espanyol fuera de la serie. Un duelo que, más allá del resultado y del rival, supuso el punto y final de una histórica sección blanquiazul nacida en 1923 en la que también militaron figuras del baloncesto español como Mike Phillips, Ferran Martínez, Epi I (el hermano mayor de Epi), Toni Tramullas, Óscar Cervantes, Pepe Collins o Santi Abad, que dejó en su palmarés una Copa.
De eso hace ya tres décadas y hasta hoy el baloncesto blanquiazul no era más que un bonito recuerdo al que el Espanyol dedica un humilde espacio en la zona museística de Cornellà. Hasta hoy, ya que Seccions Deportives Espanyol, la agrupación impulsada por un grupo de socios y aficionados y la Associació de Petits i Mitjans Accionistes del Espanyol (Apmae) al margen del club, resucitará la próxima campaña el baloncesto masculino después de recuperar hace ahora un año con gran éxito el hockey patines masculino y el voleibol femenino, otras históricas secciones de un club polideportivo como fue el Espanyol.
El proyecto sigue el mismo modelo: retomar el espíritu de las antiguas secciones desde el amateurismo con la colaboración de los propios veteranos que las hicieron crecer y consolidarse y de ese cerca de medio millar de aficionados españolistas que dan su apoyo con una cuota de socio en la mayoría de casos simbólica. A ello se suman una decena de modestos patrocinadores y el trabajo infatigable de sus promotores. “Aunque el club no quiera reconocernos, tenemos muy claro que hacemos españolismo y que llevamos la imagen del club a las pistas y los deportes donde históricamente había competido y sido un pionero”, explica Arnau Baqué, uno de los grandes artífices de este milagro blanquiazul.
El nuevo basket perico llega avalado por dos figuras de este deporte en Catalunya, Isidre Espiga y Xavi Dorado, que ejercen de responsable institucional y deportivo de la sección, respectivamente. El técnico del nuevo equipo, que ocupará una plaza vacante en Tercera Catalana, es otro viejo conocido de las canchas, Jorge Tarragona, que deja el proyecto del L’Hospitalet en la LEB Plata para bajar cinco categorías y hacerse cargo del baloncesto blanquiazul.
La plantilla se está configurando con jugadores de categorías superiores, muchos de ellos animados por los colores y el potencial del proyecto, para partir con el mismo
INICIATIVA PROPIA
El proyecto nace avalado por medio millar de socios, pero de nuevo sin el reconocimiento del club
objetivo que el hockey: ir ascendiendo categorías y conformar un proyecto deportivo de buen nivel. Ahora falta definir la pista que la sección tendrá como propia.
El nuevo baloncesto blanquiazul llega acompañado de una novedad: una sección de balonmano que el Espanyol nunca había tenido. Una oportunidad, como la define el propio Baqué, apadrinada por el expresidente de la federación catalana y reconocido españolista Tomàs Moral, que comenzará desde la última categoría del balonmano catalán liderada desde el banquillo por Jordi Pedrola. El equipo jugará en la pista del SAFA Horta –cuna de jugadores de primer nivel–, tras alcanzar un acuerdo para potenciar su balonmano de base.