Una película de Bergman
Ya llevamos dos jornadas de la competición masculina y la sorpresa mayor ha sido la paliza de Italia a Hungría (12-5). La mayoría de partidos han acabado en goleadas de escándalo con los mismos ganadores: Grecia, Montenegro, Croacia, Serbia y la España de David Martín. Veremos hoy contra Montenegro la medida que puede dar este equipo joven.
En la grada me encuentro amigos como Dani Ballart. Nos miramos resoplando como quien dice: “Esto no hay quien lo aguante”. La mayoría de partidos se deciden por palizas. Todo previsible y por qué no decirlo, aburrido. De los primeros 36 partidos, 23 se han resuelto por más de 10 goles de diferencia y algunos por más de 20. La LEN (Liga Europea de Natación) debe plantearse el formato. Subir a las Picornell es como ir al cine a ver una película lenta y además, previsible. El martes por la noche, con Eugeni Asencio, uno de los mejores árbitros de este país, viendo el España-Turquía femenino (32-2), le comentaba: “Si este partido fuera después de comer, me estaría durmiendo”.
Mi deporte me apasiona, pero hay que reducir el número de equipos, en hombres y en mujeres. Lo que estamos viendo, con excepciones, no es bueno ni para el espectador, ni para las TV, ni para los jugadores. Venir de Turquía y que te metan 101 goles en tres partidos hace que te plantees dedicarte al ajedrez, y al espectador, ir a casa a ver una película de Bergman (¡bufff..!).
Pronto vendrán los cruces, empezará el torneo de verdad y pensaremos de nuevo I love this game. Hasta entonces, a disfrutar de vez en cuando de algún partido extraordinario entre tanta monotonía, como cuando encuentras aquel libro delicioso en una librería de viejo.