La Vanguardia

Los indicios apuntan a que los devastador­es incendios de Grecia fueron provocados

Los bomberos encuentran una botella rellena de líquido inflamable en una casa ubicada en medio de la zona arrasada por las llamas

- JORDI JOAN BAÑOS Mati (Grecia) Enviado especial

La Vanguardia fue ayer testigo del hallazgo de un artefacto incendiari­o en un chalet de Milonou que quedó intacto en medio de una zona arrasada por las llamas. Una pista que llevó a los bomberos a apuntar la posibilida­d de incendios provocados. La policía griega cree que los fuegos empezaron en tres sitios a la vez.

Las sospechas sobre el carácter no fortuito de los pavorosos incendios de Grecia que han causado la muerte de 82 personas subieron ayer varios grados. La Vanguardia fue testigo de cómo, por primera vez, un artefacto incendiari­o era hallado a la puerta de un chalet, en Mikonou 8, el único de su lado de esta calle de Mati que no solo no se ha derrumbado bajo las llamas sino que ha quedado completame­nte intacto. Algo que tenía que reservar una agradabilí­sima sorpresa a sus propietari­os, ayer al mediodía, a su regreso, aunque con una guinda inquietant­e.

La abuela era la única ocupante de la casa el lunes, cuando se declaró el incendio y “logró llegar a la playa” –a doscientos metros– “y ser evacuada”, según contaba su nieto, Stelios, a este enviado. Ayer la alegría fue mayúscula al encontrars­e la vivienda rosada intacta, al regresar con su hija Irene y el retoño de esta, a pesar de que se temían lo peor al ir subiendo la calle (un rosario de destrucció­n). Pero un detalle le dio un vuelco al corazón. Una botella de Coca-Cola de litro y medio, rellena de una sustancia igualmente oscura pero más densa, yacía en el suelo tras haberse derramado en parte ¿Que hacía ahí? Por azar, ni las llamas de la pineda aledaña ni las de la casa vecina la habían prendido.

Irene llamó a la policía y las caras se hicieron muy largas y muy poco amistosas hacia la presencia del periodista, aunque la propietari­a ya le había transmitid­o su sospecha de que “alguien tuvo que lanzar esto”. De inmediato llamaron a los bomberos y la expresión se volvió más tensa cuando éstos parecieron dar crédito a sus sospechas. “Es gasolina, está confirmado”, susurró el nieto.

A instancias de un policía, Irene guardó silencio, mientras que la otra agente no tenía reparos en contestar afirmativa­mente a la pregunta de si era la primera vez que recuperaba­n una botella con combustibl­e. Más nervios, más llamadas y, de repente, dos policías de paisano, armados, en un Mercedes negro deportivo.

Los dueños de las casas vecinas estaban en plena labor de desescombr­o, en un caso con la ayuda de dos pakistaníe­s. En la torre de al lado, con el techo hundido, no estaban para nada ni nadie.

La policía trabaja con la hipótesis de que el fuego que arrasó Mati podría haber empezado el lunes en tres sitios simultánea­mente, según la agencia Reuters. Y en muy corto espacio de tiempo.

El ministro de Protección Civil, Nikos Toskas, fue contundent­e al decir que “tenemos indicios serios” que llevan a creer que se trata de “acciones criminales” que provocaron los incendios”. Toskas se remitía a imágenes por satélite y las inspeccion­es realizadas in situ.

Para más inri, un incendio que comenzó algo más temprano al oeste de Atenas (Mati se encuentra al este de la capital) llevó a desplazar muchos medios anti incendios hacia allí. Un fiscal de Atenas examina tanto las posibles causas del horrendo incendio como la forma en que fue combatido.

La carretera entre Maratón y Rafina, que actúa a menudo como cortafuego­s, fue desbordada el lunes por la violencia del viento, que soplaba en dirección al mar. Un error trágico fue desviar hacia la costa a los cientos de vehículos que ya se encontraba­n en la ruta, colapsando en muy poco tiempo sus estrechas carreteras. Cuando el pánico empezó a cundir y algunos conductore­s abandonaro­n precipitad­amente sus vehículos,

EN MUY POCO TIEMPO

La policía cree que el fuego que arrasó Mati comenzó en tres sitios simultánea­mente

LOS BOMBEROS SON TESTIGOS “Alguien tuvo que arrojar esa botella confiando en provocar que la casa ardiera”

agravando el atasco, las vías se convirtier­on en una ratonera.

Mati empezaría a necesitar a gritos un detective como los del escritor Petros Márkaris si no fuera porque en realidad, ya tiene a uno. Solo que no se llama Kostas Jaritos, sino Tsoulakis George. Ayer estaba, impecable, muy cerca de los voluntario­s de mono naranja y del epicentro del horror, donde se abrasaron por lo menos 28 personas. “La familia Filipopoul­ou ha reclamado mis servicios”, admitía, tras atender una llamada. El padre busca a sus dos hijas gemelas, desapareci­das, un caso que tiene en vilo a Grecia. Aunque este creía haber visto a las dos hermanas –que veraneaban en Mati con sus abuelos– en televisión siendo evacuadas, éstas resultaron ser otras niñas.

Una función más prosaica de los agentes de paisano es evitar el saqueo de las propiedade­s parcialmen­te quemadas y abandonada­s. Se trata de una zona con muchas segundas residencia­s. “Eso no está pasando –respondía un policía de paisano–. Por ahora”.

Las casas se veraneo constituye­ron en sí mismas una trampa: muchas fueron construida­s sin licencia, de manera desordenad­a, y en los caminos hacia la playa la gente que escapaba de las llamas se encontraba con que estaban vallados. El ministro de Infraestru­cturas, Christos Spirtzis, se indignaba ayer: “¿Cómo es posible que se hayan perdido tantas vidas y no investigar quién es responsabl­e de este caos urbanístic­o?”

En la playa de la que fue evacuada la abuela de Stelios, está ahora el centro neurálgico de distribuci­ón de ayuda del ejército, con más costillas de cerdo que candidatos a comérselas. La ola de solidarida­d ha llenado de todo tipo de comida otros puntos de asistencia. El presidente de la Cámara de Comercio de Atenas aprovechó para hacer su propio llamamient­o a pie de playa: lo que hace falta es apoyo financiero para que los damnificad­os puedan reemprende­r sus propios negocios. Por su parte, el Gobierno de Alexis Tsipras anunció que concederá 10.000 euros y un empleo en el sector público a las esposas y parientes cercanos de las víctimas.

Unos 300 bomberos y voluntario­s permanecía­n ayer trabajando en la búsqueda de docenas de personas desapareci­das. Una complicaci­ón añadida es que, según dijo el jefe de los servicios forenses de Atenas, la tarea de identifica­r de los cadáveres es muy difícil porque la mayoría de los cuerpos llegados a la morgue –adonde continuame­nte se presentan familiares de desapareci­dos– están severament­e quemados.

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ANGELOS TZORTZINIS / AFP Una mujer ante su casa quemada, ayer en la localidad de Neos Voutzas, una de las más afectadas junto con Mati y Rafina
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