La Vanguardia

Cristiano ajusta cuentas

Hacienda da luz verde al pacto fiscal con la Abogacía del Estado

- JOSÉ MARÍA BRUNET

Tras dos años de tira y afloja, el exmadridis­ta Cristiano Ronaldo ha llegado a un acuerdo con Hacienda por el que abonará 20 millones de euros y aceptará una pena de 24 meses de prisión (aunque eludirá la cárcel) por la comisión de cuatro delitos fiscales entre el 2011 y el 2014, un periodo en el que defraudó más de 14 millones.

Ha costado, pero la hacienda pública va a ingresar finalmente casi 20 millones de euros procedente­s del acaudalado bolsillo del exmadridis­ta Cristiano Ronaldo. Ha sido un tira y afloja que ha durado un par de años, para pesadilla del madridismo, que se regodeaba en su día con la condena impuesta al blaugrana Messi a resultas de un acuerdo similar, siempre por la gestión de los derechos de imagen.

Ahora Cristiano admitirá haber cometido cuatro delitos fiscales entre el 2011 y el 2014, y la Fiscalía pedirá que sea condenado a un total de 2 años de prisión, el límite legal para que no tenga que ir a la cárcel. El fraude realizado se ha calculado en 14.768,897 euros, a los que hay que sumar el importe de una multa y los intereses correspond­ientes, más las costas de la Abogacía del Estado. Cristiano tendrá que acudir a la Audiencia de Madrid a firmar de su puño y letra el acuerdo.

Desde el principio se vio que el asunto iba a traer cola, y no sólo en sede judicial, porque Cristiano reaccionó muy mal a las reclamacio­nes de Hacienda, y mucho peor cuando la Fiscalía, tras una etapa de discusione­s internas y titubeos, empezó a intervenir, tras fijarse entre los fiscales el criterio de que no había que emplear con el delantero madridista menos severidad de la mostrada con el crack azulgrana.

Finalmente hubo, por tanto, denuncia de los fiscales, por expreso deseo de la Fiscalía General del Estado. Hace un año, el 31 de julio pasado, Cristiano tuvo que comparecer ante la juez de Pozuelo Mónica Gómez Ferrer, a la que le correspond­ió el caso. Quedan para la historia de las peripecias fiscales de los ases del balón las imágenes en las que el exdelanter­o blanco se encaraba con la magistrada con la misma suficienci­a y los mismos modos de desplante y protesta que utiliza con los árbitros. Pero no coló.

Cristiano le dijo a la juez aquello de “míreme a los ojos” cuando quiso convencerl­a de que él sabía de fútbol, pero no de legislació­n fiscal. La juez Gómez Ferrer le miró, sí, pero no le debió creer, porque le mantuvo imputado. Y no sólo eso, sino que extendió la investigac­ión a sus asesores fiscales. Ahí empezó todo.

Ahí empezó, en efecto, el conflicto que un año más tarde determinar­ía la salida de Cristiano del Real Madrid y su fichaje por la Juve. Ronaldo se enrabietó por la investigac­ión, quiso que el club le apoyara en todo y para todo. Pero la entidad blanca creyó que debía permanecer al margen del asunto.

Eso enfadó aún más al jugador, que en el día de su declaració­n practicó una maniobra de engaño, anunció que hablaría a la salida, dejó que se montara un atril y que las cámaras formaran en semicírcul­o en torno al altar que le habían preparado, y luego dio esquinazo a los medios de comunicaci­ón. Sus abogados se alegraron, porque a saber lo que hubiera podido decir. Luego cambió de letrados y el último que contrató, José Antonio Choclán, ha negociado con la Abogacía del Estado. El acuerdo se alcanzó hace dos meses. Pero con el cambio de Gobierno hubo que esperar a la conformida­d del nuevo equipo de Hacienda. Han visto los números y les han parecido bien. En paralelo, Cristiano ha cumplido lo que dijo la noche de la final de la Champions, y ha volado.

EL COSTE DEL ACUERDO

El jugador admite haber cometido cuatro delitos fiscales y paga 20 millones para no ingresar en prisión

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-/AFP Cristiano Ronaldo, nuevo jugador del Juventus, saludando a los aficionado­s chinos, ayer en Pekín

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