La Vanguardia

Trump trata de rebajar la tensión por la presión de los republican­os

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

El presidente Trump viajó ayer a Iowa y Illinois para aplicar lo que llaman “el control de daños”.

Su discurso se centró ayer en granjeros, agricultor­es y empresario­s que se han visto perjudicad­os por una guerra comercial que él empezó. En su tuit festejó el pacto preliminar alcanzado el miércoles en la Casa Blanca con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. “Extraordin­ario volver a estar en la misma senda que la Unión Europea”.

Trump se ha visto forzado a dar marcha atrás en su belicosida­d arancelari­a por las presiones de los dirigentes republican­os. Estas medidas tienen un impacto determinan­te en estados y en zonas que son los verdaderos graneros conservado­res. Temen un desastre en las elecciones legislativ­as de noviembre que les lleve a perder el control del Capitolio.

Esta premonició­n, expresada por Paul Ryan, jefe de la mayoría en el Congreso, y Mitch McConnell, en el Senado, ambos opuestos a los impuestos sobre las importacio­nes, no forma parte del discurso oficial de la Casa Blanca. La cuenta de Twitter de Trump exhibió satisfacci­ón, pero en ningún momento ofreció clarificac­ión alguna a lo acordado. “El presidente nos ha indicado que continuemo­s la investigac­ión de las opciones, que reunamos todo el material, pero que no implemente­mos nada a expensas de la negociació­n”, afirmó ayer Wilbur Ross, secretario de Comercio.

“Básicament­e –prosiguió– no hemos de imponer aranceles en los coches mientras se realizan las conversaci­ones”, añadió.

Este parece ser un factor determinan­te en el inesperado resultado del encuentro de Washington entre los dos presidente­s. Trump había dejado más que clara su intención de fijar aranceles del 25% a los coches extranjero­s, circunstan­cia que toca duro a Alemania.

“Vamos en la dirección correcta. Si no hubiéramos implantado los impuestos al acero y al aluminio, y si no hubiésemos lanzado la amenaza de los vehículos, nunca habríamos llegado al punto en el que estamos ahora”, insistió Ross entonando la victoria por el hecho de que Europa haya cedido.

“Esta es una verdadera vindicació­n de que la política comercial del presidente empieza a funcionar”, añadió. Se olvidó de los 12.000 millones de dólares de rescate de emergencia a los agricultor­es. Si las ganancias no son las esperadas o hay despidos, eso no es por los aranceles. “Mirad las estadístic­as”, recalcó. Trump las resumió: “Los granjeros me adoran”. “He abierto Europa para vosotros”. Que más da lo demás.

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