Fomento abre una vía para la solución del conflicto
de los Mercados y la Competencia (CNMC), un organismo público en principio independiente del Gobierno.
El gobierno de la alcaldesa Ada Colau, quien también preside el AMB, insistió ayer en que el reglamento propuesto es fundamental para garantizar el futuro del taxi en el área metropolitana de Barcelona, y también insistió en condenar toda protesta violenta. Si finalmente el TSJC no se aviene a las reivindicaciones de los taxistas, Barcelona sufrirá un verano muy complicado en materia de movilidad. Muchos conductores están muy dispuestos a arrancar una huelga indefinida y a recrudecer sus protestas. De hecho, muchos consideran que la tranquila marcha lenta de ayer fue un paso atrás, que como poco tenían que haber bloqueado los accesos al puerto y al aeropuerto, que tenían que haber sembrado el caos anunciado.
Pero los taxistas quieren caerle bien a la gente. Además, entienden que aún es pronto para agotar todos sus cartuchos. Muchos líderes del sector temen que los violentos ataques perpetrados el día anterior contra conductores y viajeros de vehículos de Uber y Cabify acaben convirtiéndose en un lastre de sus reivindicaciones. Muchos piensan que la demostración de fuerza del miércoles se les fue de las manos. Las diferentes sensibilidades de los taxistas quedaron patentes en la gran asamblea celebrada ayer a primera hoy de la mañana en la parrilla de la T2. Además, la marcha arrancó bien entrada la mañana, sobre las once. Si lo hubiera hecho un par de horas antes habría originado muchos más inconvenientes entre la ciudadanía. Los principales afectados por esta protesta fueron los viajeros que en esos momentos aterrizaron en el aeropuerto de El Prat.
A pesar de que los taxistas no ocuparon todos los carriles de la ronda del Litoral, de que pactaron con los Mossos d’Esquadra que no se portarían muy mal, empleados del aeropuerto y del Aerobús recomendaban a los viajeros que hicieran uso del metro o del tren. “Es que no sabemos bien cuándo podrá llegar el autobús a la plaza Catalunya –detallaron los informadores–. La marcha de los taxistas acaba de empezar y el Aerobús ya tiene retrasos de 20 minutos”. Y la gente pues alquiló coches, atestó los vagones del tren, hizo colas de cerca de una
INVITACIÓN AL DIÁLOGO
El ministerio pide que se levante la suspensión cautelar del reglamento de la AMB
hora para comprar el ticket del metro... De todas formas, en estas situaciones los guiris muestran una gran entereza.
Las aglomeraciones, las molestias y los exabruptos se concentraron sobre todo en la T2. Se notaron mucho menos al otro lado de la infraestructura. Las cancelaciones de vuelos derivadas de la huelga de Ryanair redujeron mucho la afluencia de gente en la T1. Los taxistas llegaron hasta la avenida del Paral·lel, donde dieron la vuelta y emprendieron el camino de regreso al aeropuerto. Fuentes del Port de Barcelona explicaron que los camiones que transportan mercancías lograron acceder a las instalaciones, aunque lo hicieron de una manera “más lenta de lo habitual”. La marcha a muy baja velocidad de los taxistas también ocasionó retenciones de hasta tres kilómetros a la altura de Mercabarna y de Montjuïc.