Un modelo diferente al de la capital catalana
“Ellos lo hacen con una ventaja, que es que empiezan de cero”, manifiesta el concejal de Turismo, Comercio y Mercados de Barcelona, Agustí Colom, sobre la regulación iniciada por Madrid. El edil remarca que, en el caso de Barcelona, el actual gobierno tuvo que regular el fenómeno cuando ya existía una importante presencia de apartamentos turísticos y una regulación previa. “No podíamos aplicar una norma con carácter retroactivo”, apunta el concejal. Barcelona no podía, por tanto, como Madrid, fijar requisitos como una entrada independiente al apartamento turístico distinta al del resto del inmueble; o restricciones de mayor a menor grado dependiendo del barrio de la ciudad. Entre los principales deseos del Ayuntamiento de Barcelona también estaría repartir la oferta por el conjunto de la ciudad, deja caer Colom. “Compartimos con Madrid objetivos: regular los pisos turísticos, sobre todo atendiendo a aspectos de los territorios”, señala el edil, que defiende la moratoria aplicada por Barcelona, la elaboración de un plan especial (el Peuat) y la lucha que se mantiene, junto con las principales plataformas, contra los pisos turísticos ilegales. Colom subraya que la oferta legal actual de Barcelona es de 9.600 pisos, que suponen cerca de 40.000 plazas. A su juicio, una cifra adecuada.