La Vanguardia

La selección femenina trata de redimirse al buscar el bronce ante la campeona

- TONI LÓPEZ JORDÀ

“Vamos a levantarno­s con todas nuestras fuerzas, tenemos en juego un bronce; una medalla es una medalla, y tiene mucho valor”. A Miki Oca le tocó ayer recomponer anímicamen­te a sus chicas de oro, que hoy (20.30h) buscarán ante la vigente campeona, Hungría, acabar con buen sabor el Europeo de casa y redimirse del calamitoso partido de semifinale­s ante Grecia colgándose la medalla de bronce. Un metal que, de hecho, ya mejoraría el resultado de su anterior Europeo, el de Belgrado 2016, cuando fueron cuartas (perdieron la consolació­n contra Italia, 9-10).

Tras la decepción de quedarse sin final y sin posibilida­d de volver a colgarse un oro en las Picornell, el bronce sería un buen botín para una selección que explotó desde que Oca se responsabi­lizó del banquillo en el 2010, en sustitució­n de Joan Jané. Desde entonces, las chicas de Miki, las guerreras acuáticas, han ganado cuatro medallas en ocho años, el oro mundial (2013) y europeo (2014), y las platas olímpica (2012) y mundial (2017). Sería el primer bronce que consigue el waterpolo femenino, y la sexta medalla en su historia (contando la primera, la plata del Europeo 2008 en Málaga).

En la selección española, digerido el varapalo de Grecia, el ánimo es de recuperaci­ón. “Estamos dolidas, cuanto antes hay que borrar estas sensacione­s, pensar en las húngaras y buscar el objetivo de una medalla. Esto pasa y nos hará más fuertes”, comentaba la capitana, Pili Peña. También será especial para Laura Ester, con ganas de desquite tras el 0/9 frente a Grecia. “Esto no queda aquí y pelearemos ante Hungría”.

Delante, en las Picornell, España se encuentra con Hungría, uno de los rivales habituales, que se despide de su reinado europeo tras un torneo en el que ha cedido sólo ante Holanda en un final dramático en la primera semifinal (8-7) y contra España en el primer partido del torneo (13-9).

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