El dueño de Flower dará una nueva vida a Virginias
Acrimont Investments salva la planta de turrones de Reus
La marca Virginias tendrá continuidad y una parte de la plantilla de Industrias Rodríguez, su propietaria, podrá conservar sus puestos de trabajo. El juez César Suárez, titular del juzgado mercantil de Tarragona, celebró ayer la subasta de la unidad productiva del histórico fabricante de galletas, caramelos, chocolate y turrones con sede en Reus y en concurso de acreedores desde el pasado mes de octubre. El proceso –coordinado por Constantino Pes, administrador concursal, con la ayuda de la empresa dubaití Tactical Management– ha sido complicado, pero al final está muy cerca de terminar bien.
A falta del preceptivo auto judicial de adjudicación de la unidad productiva, la oferta ganadora es la presentada por las empresas Acrimont Investment y Risi. La primera, con sede en Agramunt (Urgel) es propiedad de Àngel Jubete, el dueño de compañías como Productos Flower (jardinería), Greendel (insecticidas) y Servideu (inmobiliaria). Jubete, como buen agramuntés, es un amante del turrón y fue durante 16 años miembro del comité organizador de la Feria del Turrón y el Chocolate a la Piedra de Agramunt.
Si el juez le adjudica los activos por los que ha pujado, Acrimont Investments se subrogará los contratos de alquiler de la planta de Virginias en Reus y los correspondientes a los 17 trabajadores fijos de la fábrica de turrones. Además, es previsible que muchos de los 50 empleados fijos discontinuos que se incorporan cada año para la temporada navideña también seguirán.
Por otra parte, la sevillana Risi, especializada en aperitivos, se quedará con la maquinaria de confitería y otras marcas de Industria Rodríguez, incluida una licencia para usar Virginias durante unos años en determinados productos.
En conjunto, Acrimont y Risi pagarán 5,1 millones, que se destinarán íntegramente a los acreedores, ya que Industrias Rodríguez está en liquidación después de no poder hacer frente a deudas de 16 millones. La planta de Lleida se cerrará, habrá un expediente de regulación de empleo (ERE) para los trabajadores que no asuma Acrimont y se venderá un almacén de Reus y el resto de la maquinaria sobrante. La empresa, fundada en los años 30 del pasado siglo, desaparecerá en unos meses. Pero Virginias sobrevive.
Industrias Rodríguez, fundada en los años 30, desaparece con la liquidación, pero sigue la marca Virginias