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El colapso circulatorio de Barcelona por la protesta de los taxistas, y el revés sufrido ayer en el Parlamento por el Gobierno de Pedro Sánchez en la votación sobre los objetivos de déficit y deuda pública.
LOS partidos que dieron su apoyo a Pedro Sánchez para ganar la moción de censura contra Mariano Rajoy, como Unidos Podemos, ERC, PDECat y Compromís, le negaron ayer el respaldo a la senda de estabilidad fiscal que debía servir de base para la elaboración de los presupuestos del Estado para el 2019. Con su abstención, y los votos en contra del PP y Ciudadanos, el Gobierno sufrió su primer gran revolcón parlamentario desde que hace dos meses asumió el poder.
Lo sucedido ayer en el Congreso pone en evidencia, por si no estuviera suficientemente clara, la extrema debilidad del Gobierno de Sánchez para ejecutar sus políticas y la fragilidad de sus alianzas. Pero, asimismo, pone de relieve también la falta de seriedad y de responsabilidad de sus aliados, un hecho que confirma la inestabilidad de la presente legislatura y que augura una difícil trayectoria para los presupuestos del Estado del 2019.
La falta de apoyo al Gobierno que ayer expresaron Unidos Podemos, ERC, PDECat y Compromís resulta difícil de entender porque supone, al margen de los argumentos que esgrimen, apostar por una senda de estabilidad fiscal más restrictiva que la acordada con la Comisión Europea y el retorno a la fijada por el anterior gobierno. Debería suponer, si la situación no se reconduce, mayores ajustes presupuestarios y 6.000 millones de euros menos de gasto. Lo más probable es que la senda fiscal propuesta hubiera sido tumbada por el PP en el Senado, en donde este partido tiene mayoría, pero los aliados de Sánchez se han adelantado incomprensiblemente y han dañado la escasa imagen de estabilidad que ya ofrecía el actual Gobierno.
Pese a todo, el presidente Sánchez ha negado que vaya a adelantar las elecciones y afirma que se ve capaz de seguir gobernando hasta el 2020. Dentro de un mes volverá a presentar ante el Congreso la misma senda de estabilidad fiscal de ayer. Aunque sea rechazada de nuevo, ya sea en el Congreso o en el Senado, su intención es elaborar igualmente los presupuestos para el 2019, pero sobre la base de los condicionantes más estrictos marcados por el anterior gobierno popular.
El Gobierno, sin embargo, aunque no cuenta con la luz verde parlamentaria para una mayor expansión presupuestaria, continúa con la adopción de medidas que suponen mayor gasto público, como algunas de las aprobadas por el Consejo de Ministros de ayer, que contemplan el retorno a la sanidad universal, mayor oferta de empleo público o el plan contra el empleo precario. El resultado de esta política de hechos consumados será, muy probablemente, que el déficit público se acercará en la práctica a la senda expansiva que fue rechazada ayer y sobre la que el Gobierno de Sánchez centra su política.