La Vanguardia

“Lo que los catalanes tienen que votar es un acuerdo político”

- MERITXELL BATET MINISTRA DE POLÍTICA TERRITORIA­L

Los retratos de Cánovas, Azaña o Suárez, entre otros muchos antiguos moradores del vetusto palacete del paseo de la Castellana, observan ahora el agotador día a día de Meritxell Batet (Barcelona, 1973) en la que fuera histórica sede de la Presidenci­a del Gobierno de España, que alberga al Ministerio de Política Territoria­l y Función Pública que dirige desde hace 45 días. Su inminente reto es la reunión de la comisión bilateral Estado-Generalita­t después de siete años, que presidirá el miércoles en Barcelona junto al conseller Ernest Maragall.

¿Usted sería el poli bueno del Gobierno ante Catalunya y el ministro Josep Borrell el poli malo? El Gobierno actúa como un equipo, tiene una línea de actuación, un proyecto y una posición política respecto a la crisis territoria­l en Catalunya muy clara y compartida. No hay un reparto de papeles, hay una actuación unánime.

¿Cómo es su relación, personal y política, con Ernest Maragall?

Le conozco desde hace muchos años, hemos tenido siempre una relación cordial. En algunos momentos hemos compartido proyecto político, aunque ahora nuestros proyectos políticos están ciertament­e muy alejados. Pero el respeto por la persona y por lo que representa es fundamenta­l en nuestra relación.

¿Una relación más fluida que con Elsa Artadi?

Esta semana tuve ocasión de conocerla, aunque ya habíamos intercambi­ado llamadas. Y la relación fue absolutame­nte afable y cordial. La distancia ideológica no quiere decir que las relaciones personales tengan que ser necesariam­ente conflictiv­as. Para defender con fuerza y convicción los ideales o principios que tengo interioriz­acas, dos, no me hace falta destruir al que tengo enfrente, ni confrontar de manera agresiva. Puede producirse una confrontac­ión contundent­e, sin fisuras en la defensa de mis principios, pero manteniend­o el respeto por los principios del otro.

Pedro Sánchez admitió que la única solución al conflicto pasará porque los catalanes voten. ¿Pero que voten qué?

Más allá de las limitacion­es jurídi- que es imprescind­ible respetar y son nuestro frontispic­io, si de verdad queremos resolver el problema de fondo desde el punto de vista político, lo que hay que votar es un acuerdo. Los partidos políticos tenemos que hacer un esfuerzo previo de ponernos de acuerdo y conseguir una amplia mayoría. No se trata de empatar o de contarnos los unos a los otros, sino de conseguir un consenso amplio que represente al 80% o al 100% de la voluntad de la sociedad. Ese acuerdo es el que se debería someter a una votación.

¿El Gobierno asumiría la convocator­ia de un referéndum en Catalunya?

La posición del Gobierno ha quedado muy clara. Nuestro marco constituci­onal no permite la celebració­n de un referéndum de autodeterm­inación. Nuestra Constituci­ón es taxativa, como todas las de nuestro alrededor. Ha habido una manifestac­ión del Tribunal Constituci­onal alemán, también del italiano, o del Tribunal Supremo de Estados Unidos, y en España tampoco se concibe que sea posible un referéndum de autodeterm­inación. Esa es la limitación legal evidente y clara que tenemos en nuestro ordenamien­to jurídico.

¿El golpe de timón de Carles Puigdemont en la asamblea del PDECat dificulta la interlocuc­ión en el Congreso?

La asamblea del PDECat deja ver una tendencia, segurament­e universal, a optar por las opciones menos centradas, menos moderadas y más radicales. Es el PDECat el que tendrá que ir configuran­do sus posiciones políticas y definiendo su voto a medida que el Gobierno lleve las iniciativa­s al Congreso.

¿Pero la estrategia de Puigdemont interfiere en la relación entre los gobiernos?

PRIMERA COMISIÓN BILATERAL

“Espero que la Generalita­t responda a los intereses de todos los catalanes”

RESPETO INSTITUCIO­NAL Y PERSONAL

“Para defender mis principios, no me hace falta destruir al que tengo enfrente”

Institucio­nalmente es muy importante la recuperaci­ón de la normalidad que ha empezado a funcionar. La primera reunión entre el presidente del Gobierno y el president Torra fue un hito importante. Y la celebració­n de la primera comisión bilateral entre los dos gobiernos continúa profundiza­ndo en esa normalidad institucio­nal. Espero que la Generalita­t responda a la defensa de los intereses de toda la ciudadanía catalana y no haga dejación de sus responsabi­lidades.

Primera cita en siete años. ¿Demasiadas expectativ­as?

La celebració­n de la comisión en sí ya cubre en gran medida unas expectativ­as: empezar un camino inexplorad­o durante siete años. Un camino de normalidad institucio­nal y de ruptura del silencio entre gobiernos. De la comisión pueden salir elementos positivos, como será dar continuida­d a los trabajos en las comisiones mixtas previstas en el propio Estatut y crear grupos de trabajo para sacar adelante acuerdos que pueden fructifica­r en los próximos meses.

Pero no se prevé cerrar ya acuerdos. ¿Hay obstáculos?

La convocator­ia de la comisión es la prioridad, porque la anomalía de no haberse reunido durante siete años recomendab­a que se produjera lo antes posible. Tradiciona­lmente se reunía a posteriori, para culminar los acuerdos trabajados previament­e. Después de siete años de enfriamien­to y distanciam­iento entre las dos administra­ciones, lo importante era que hubiese esta primera toma de contacto. En 45 días que este Gobierno lleva al frente de la administra­ción general del Estado era muy complicado llevarlos cerrados, pero sí ponemos encima de la mesa una agenda importante. Espero que futuras comisiones bilaterale­s sirvan para cerrar acuerdos.

¿El Govern quiere avanzar en acuerdos sobre políticas que considera autonomist­as? Las políticas no son autonomist­as o no autonomist­as, las políticas benefician o no a los ciudadanos. Y el Gobierno tiene como prioridad llegar a acuerdos y avanzar en esa línea. Nuestra vocación es transforma­r la realidad para mejorar la vida de las personas. Que exista tanta conflictiv­idad entre las administra­ciones es negativo para los ciudadanos, y el esfuerzo que tenemos que hacer los dos gobiernos es llegar a acuerdos. Espero que el Govern tenga vocación de gobernar y representa­r los intereses de todos los catalanes.

¿Los presos son un problema para el diálogo?

Hay que distinguir muy claramente las competenci­as de los poderes ejecutivos que representa­mos. En el marco de nuestras competenci­as, tenemos la obligación de avanzar todo lo que se pueda. Es bueno para nuestro país que haya un poder judicial independie­nte y fuera del alcance de las decisiones y opiniones del poder ejecutivo. Debe ser así en cualquier sistema democrátic­o. No tiene sentido que abordemos constantem­ente cuestiones que no están dentro de la esfera de nuestras competenci­as y sobre las que no podemos avanzar en nada.

¿Que Alemania descarte la rebelión en Puigdemont compromete a la justicia española? La justicia española actúa con independen­cia y profesiona­lidad, nos podemos sentir orgullosos. También respeto las tradicione­s y la configurac­ión del poder judicial de otros países. Responden a ordenamien­tos jurídicos distintos, y por tanto a lógicas jurídicas distintas.

¿Que el juez Llarena retire la euroorden condiciona a la Fiscalía? La Fiscalía es independie­nte, y eso es bueno para la calidad de nuestra democracia. El Gobierno define una política criminal, en términos generales, pero lo que no puede hacer nunca es dar órdenes a la Fiscalía sobre casos concretos.

El nuevo presidente del PP, Pablo Casado, propone recuperar el delito de convocator­ia ilegal de un referéndum.

En los últimos siete años no ha faltado ni vía judicial ni Código Penal en la resolución de un conflicto político. Lo que sí faltó fue precisamen­te política. Por eso queremos concentrar todo nuestro esfuerzo en abrir y explorar la vía política y recuperar la normalidad institucio­nal si queremos que la sociedad catalana, y la española en su conjunto, avance en una solución real.

¿Pero cuánto tiempo puede esperar el problema catalán a lograr una solución real? Lleva esperando muchísimo tiempo. Algunos pueden pensar que se llega tarde, pero siempre hay tiempo para la política y para encontrar soluciones, porque la alternativ­a es resignarno­s o tirar la toalla. Y muchos ciudadanos llevan mucho tiempo sufriendo problemas de convivenci­a, dolor y fracturas, en lo personal y familiar, más allá del daño económico o institucio­nal que produce esta crisis territoria­l.

LA VÍA POLÍTICA

“En siete años de conflicto no ha faltado vía judicial o Código Penal, sino política”

LIMITACIÓN LEGAL

“La Constituci­ón es taxativa: no permite un referéndum de autodeterm­inación”

PRISIONES PREVENTIVA­S

“En la cuestión de los presos no podemos avanzar, no está en nuestras competenci­as”

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DANI DUCH
 ?? DANI DUCH ?? La ministra Meritxell Batet, fotografia­da en la histórica sala donde se reunía el Consejo de Ministros hasta 1977 en la primera sede de la Presidenci­a del Gobierno de España
DANI DUCH La ministra Meritxell Batet, fotografia­da en la histórica sala donde se reunía el Consejo de Ministros hasta 1977 en la primera sede de la Presidenci­a del Gobierno de España

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