Puigdemont advierte a Sánchez: “El periodo de gracia se acaba”
“El periodo de gracia se acaba”, avisa el expresident al reabrir la casa de Waterloo
El expresident Carles Puigdemont aprovechó ayer su regreso a la casa de Waterloo en Bélgica, tras cuatro meses en Alemania por el proceso de extradición, para reclamar al presidente Pedro Sánchez que “pase de los gestos a los hechos” en relación con Catalunya.
Fue un regreso con aires de victoria, aunque avisando de que el viaje no ha terminado y lanzando un toque de atención al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sensación de triunfo porque, pasados 4 meses y 4 días de su detención en Alemania, Carles Puigdemont retornó a Bélgica libre de cargos, sin ninguna euroorden activa -aunque sigue procesado por rebelión– y con su cuartel general en Waterloo reabierto. Todo ello acompañado de la advertencia a Sánchez de que “el período de gracia se acaba”.
Puigdemont reclamó a Sánchez que pasara “de los gestos a los hechos”, que “aproveche el verano para hacer los deberes que tiene pendientes, que en el retorno político nos enseñe los deberes que ha hecho”. ¿A qué deberes se refería? Pues a lo que denominó la “receta de Sánchez”, que es lo que según Puigdemont, todos están esperando conocer .
En esta misma línea se expresó el president de la Generalitat, Quim Torra, al afirmar que “el tema de esta legislatura es la autodeterminación”, y que en este sentido la reunión que mantuvo con Sánchez fue un primer paso, pero que nadie se engañe, “que el gran elefante blanco que nadie quiere ver en la habitación” es el derecho a la autodeterminación. Avisos al presidente español, acompañados de un calendario más o menos flexible. La vuelta del verano, septiembre o octubre son los meses en que consideran que tendrán que poner a prueba al presidente español para comprobar si pasa de las palabras a los hechos.
Puigdemont inició su retorno tomando un avión de Brussels Airlines a las 7 de la mañana del sábado en Hamburgo con destino a Bruselas, donde realizó su primera parada en la delegación de la Generalitat ante la Unión Europea. La misma delegación en que, cuando aún estaba en vigor el 155, una directora general fue cesada por permitir la entrada del exconseller Lluís Puig. Ahora, la delegada de la Generalitat es la también exconseller Meritxell Serret, y Puigdemont, en su primer día en Bruselas, la convirtió en base de operaciones. Allí se reunió con Torra y cuatro consellers desplazados desde Barcelona, Jordi Puigneró, Laura Borràs, Maria Àngels Chacón y Chakir El Homrani, además de parte del grupo parlamentario de JxCat. También estuvieron presentes a lo largo del día los tres exconsellers residentes en Bélgica, Toni Comín, Meritxell Serret y Lluís Puig, además de la exconsellera Clara Ponsatí, que se desplazó desde Escocia.
Durante toda la jornada, Puigdemont y Torra aparecieron siempre juntos, fuera en la delegación de la Generalitat, en la rueda de prensa o en la celebración en la casa de Waterloo. Preguntados por quién era, según su punto de vista, el president de la Generalitat, Puigdemont contestó que “Torra es el president” , que es quién tiene la gestión del gobierno, lo que no quita que se seguirán coordinando como han hecho hasta ahora.
Si la mañana se dedicó a las reuniones y a la rueda de prensa en Bruselas, por la tarde fue el turno de reabrir la casa de Waterloo. Ante más de doscientas personas ahí congregadas, y bajo un sol de justicia, Puigdemont, Torra, familiares de los presos y representantes de distintas entidades salieron al balcón para pronunciar unos breves discursos con un denominador
Junqueras solicita al Supremo que le substituya la cárcel por un arresto domiciliario
común, la petición de liberación de los políticos encarcelados en España. La hija del exconseller Joaquim Forn, leyó una carta escrita por los presos en que expresaron su compromiso con “la causa de la libertad”.
En el acto también participó el rapero Josep Valtonyc, huido a Bélgica después de una condena a tres años y medio de cárcel por considerar que las letras de sus canciones incluían delitos de amenazas a la Corona y enaltecimiento del terrorismo, y el abogado especializado en derechos humanos, Ben Emmerson, que lleva el caso de Puigdemont ante las Naciones Unidas.
También ayer, la defensa de Raül Romeva y Oriol Junqueras solicitaron al Tribunal Supremo que sustituya la prisión por su arresto domiciliario, en un nuevo recurso en el que invoca la decisión de la justicia alemana de descartar el delito de rebelión. La defensa de los líderes independentistas reprocha a la sala que haya desestimado su petición de aplicar a los líderes independentistas “modalidades de relajación” de la medida de prisión provisional.