España, plata en el Europeo de waterpolo
Una soberbia selección masculina cae en los penaltis y se cuelga la plata, su primer metal tras 9 años de sequía
Serbia: Branislav Mitrovic, Filipovic, Dusko Pijetlovic, Randjelovic, Mandic (1), Cuk (1), Prlainovic (2); Jaksic (1), Stefan Mitrovic (1), Aleksic (1), Vico y Rasovic. España: Pinedo, Perrone (2), Munárriz (1), Fran Fernández, Del Toro (1), Larumbe, Minguell; Bustos, Granados (1), Mallarach (2), Cabanas, Tahull y Lorrio.
Cuartos:
0-1, 3-3, 3-2, 1-1. Penaltis: 5-3 Al Olimpo de los ganadores sólo dan acceso de uno en uno, y en caso de duda, de igualdad absoluta, de lucha de poder a poder, en el waterpolo masculino el billete es para Serbia. Aunque ayer, en las Picornell, una soberbia selección española en proceso de renovación por momentos tumbó al gigante balcánico y estuvo a punto de romper la tradición. La España de David Martín, tan joven y descarada como talentosa, cayó con la cabeza bien alta en los penaltis (5-3), tras empatar a 7, y se colgó una plata que le sabe a platino.
Una plata, además, que rompía la sequía que asolaba al waterpolo masculino. Hacía 9 años que la selección no se colgaba una medalla –la plata mundial de Roma 2009–, tras perder la final ante Serbia, también en los penaltis, 14-13.
Después de llegar hasta la final invictos, habiendo dejado atrás a potencias como Montenegro, Grecia o Italia, los de Martín no se iban a conformar con el segundo plato, por mucho que delante tuviesen a los todopoderosos serbios, pluricampeones y amos del waterpolo actual. “No nos paramos aquí. Que nadie dude de que nos dejaremos la piel, que los jugadores quieren el oro. Y si no lo consiguen es porque no han podido”, prometía el seleccionador. Y así lo demostraron desde que se lanzaron al agua de unas Picornell que hervían en las gradas con 4.200 espectadores.
La salida de los dos equipos fue un auténtico choque de trenes, nada que ver con las pachangas que jugaban días antes del Europeo en el CAR de Sant Cugat. Unos entrenos que sirvieron a España para desmitificar al ogro serbio, para perderle el miedo. Así, con la confianza de conocerles lo suficiente, y sabiendo las recetas que aplicar para frenarlos –intensidad defensiva, rapidez, contragolpe, juego horizontal, movilidad en la circulación–, la defensa española desconectó a los boyas, Pijetlovic y Randjelovic, y bloqueó los cuatro primeros disparos balcánicos. Los serbios alucinaban de lo que tenían delante, un muro de brazos... y a Dani López Pinedo, nombrado mejor portero del torneo. Entre los bloqueos y el portero de Sants (2/2), Serbia se quedó en un inédito 0/6. Para acabar de creer en que se podía, que el milagro era posible, apareció Blai Mallarach para anotar el 0-1, con el que se cerraba el primer cuarto.
En la segunda manga el partido se aceleró, se abrieron las defensas y España salió a flote en el intercambio de golpes que inició Serbia con Prlainovic (1-1). Le daban réplica rápida Granados con la receta de la movilidad –un pase desde el extremo opuesto de Larumbe– y Perrone cogiendo al vuelo un centro de Fernández (1-3). No le dio tiempo a la selección de saborear el +2 porque Serbia contestó con goles de Aleksic y de Mitrovic a falta de 19s. En el frenesí, Perrone marcó sobre la bocina el 3-4 para poner a España en ventaja al llegar al descanso.
La pausa no calmó a los gladiadores acuáticos. Continuó el duelo de poder a poder, con la selección de Martín ya desacomplejada, desmelenada, descarada, pero con los serbios pisando el acelerador. Fueron 8 minutos de locura, en los que Es-
Un gran conjunto en crecimiento llegó a tumbar al gigante serbio (3-5) y sólo cedió en los penaltis
López Pinedo acabó con 10/17 (58%), mantuvo viva a España y fue designado mejor portero del torneo
paña llegó a ponerse +2 con gol de De Toro (3-5), pero Serbia replicaba con un 3-0 intimidatorio para adelantarse por primera vez (6-5) y cerrar Munárriz la manga con el 6-6.
El oro se iba a jugar en los 8 minutos finales partiendo de cero. Se lo llevaría quien fallara menos en cada ataque y tuviera al portero más fino. Pero en esa combinación también empataron, Jaksic y Mallarach mantenían la igualdad (7-7) y España no pudo adelantarse pese a las tres paradas de Pinedo, que acabó con un 10/17. “Sí se puede, sí se puede”, gritaba las Picornell, pero los últimos ataques, con 1m30s, fueron improductivos para los dos.
La gloria del oro o la plata quedaban a expensas de la ruleta de los penaltis. A todo o nada: 1-0 Filipovic, 1-1 Perrone, 2-1 Prlainovic, 2-2 Munárriz, 3-2, Fernández falló el tercero, 4-2 Mandic, 4-3 Larumbe, 5-3 Cuk. Oro para Serbia, pero España se bañó en plata de ley, con la ovación de las Picornell. Enterró su historia negra, sus nueve años de sequía. Y la Federación logró un doblete histórico, plata los hombres de Martín, bronce las mujeres de Oca; algo que nunca habían logrado en todas las competiciones.
La medalla de bronce fue para la Croacia de Xavi Garcia, que venció a Italia (10-8).