Cristian Rovira
VICEPRESIDENTE DE SIFU
El grupo Sifu cumple 25 años convertida en la empresa privada que más personal con discapacidad contrata de España, un 89% de una plantilla de 4.500 personas.
Con 32 oficinas en España, ahora inicia su expansión en Francia.
Cuando empezamos la empresa, tener empleados con discapacidad era un handicap. Ahora es nuestro valor añadido”, dice Cristian Rovira, vicepresidente de Grupo Sifu, la que se define como la empresa privada que más personal con discapacidad contrata de España: de una plantilla de 4.500 personas, el 89% sufre algún tipo de discapacidad (cerca de un tercio, una gran discapacidad). “Antes se les llamaba tullidos, subnormales, y apenas tenían acceso a la vida social. Después fueron minusválidos, disminuidos, discapacitados, ahora ya hablamos de capacidades diferentes. Esta evolución del lenguaje en 40 años da sentido a la evolución de nuestra empresa: cada vez hay más acceso a la formación y a la vida laboral normalizada”.
Sifu es una empresa de servicios donde “compaginamos la gestión empresarial con la labor social”, añade Rovira. Nacido en Barcelona en 1974, Cristian Rovira Pardo es el tercero de los cuatro hijos del empresario Josep Lluís Rovira, que fue presidente de Pimec, estuvo en la junta del Barça y es cónsul de Estonia. “Siempre he vivido el ejemplo de mi padre, muy integrado en la sociedad civil. Siempre he querido ayudar, y hay muchas formas de hacerlo”.
Rovira se licenció en administración y dirección de empresas en la UIC, (después un PDD en el Iese). Estaba en tercero de carrera, en 1996, cuando entró en Sifu, como comercial. El negocio lo había creado tres años antes el empresario Albert Campabadal, un empresario del sector de las gasolineras, amigo de su familia, y que tiene un hermano discapacitado: contento con la experiencia de emplear a discapacitados en sus gasolineras, creó Servicios Integrales de Fincas Urbanas (Sifu) para generar empleos de conserjería o jardinería. Dos años después de entrar, Rovira se convirtió en el gerente, con un pacto de socio. “Era muy joven (23), pero enseguida me enganchó el proyecto”. Con el tiempo, empezó a desarrollar también su presencia en la sociedad civil: fue presidente de la Associació de Joves Empresaris, estuvo en Foment del Treball y en la Cambra de Comerç; ya no, porque “nuestra generación está para cambiar las cosas, y cuando ves que no puedes, mejor dedicar esfuerzos a otros temas”. Ahora es vicepresidente de FemCat y participa en Netmentora.
“El crecimiento de Sifu empieza cuando dejamos de poner el tema social como motivo de venta, ‘por caridad’, y nos centramos en el aspecto profesional y el precio, con lo social como complemento. Así hemos demostrado que las personas con discapacidad pueden hacer muy bien su trabajo”. Pero es evidente que un convenio especial y las bonificaciones son imprescindibles para ser competitivos. A partir del 2000, con la ley de medidas alternativas a la Lismi, Sifu empezó a crecer con la externalización de servicios de grandes empresas. “Todavía un 80% de empresas incumplen”.
Hace dos años, Rovira recogió en un libro todas sus ideas sobre cómo otra manera de hacer empresa es posible: “Antes la manera de ayudar era a través de una ong, y para ganar dinero estaba la empresa. Pero hay una corriente nueva de empresas que pueden hacer las dos cosas: contribuir a un mundo mejor haciendo negocios rentables y sostenibles”.
El grupo Sifu facturará este año 66 millones. “En cuatro años hemos duplicado la empresa”. Tiene 32 oficinas en España y acaba de entrar en Francia. Ofrecen limpieza y mantenimiento de edificios y empresas, jardinería, trabajo temporal, industria auxiliar: “En componentes del automóviles estamos muy satisfechos: la exigencia es muy alta”. Asegura que su funcionamiento es “a la inversa de lo habitual. No tenemos un empleo y buscamos a la persona. Sino que tenemos a la persona, miramos qué puede hacer y la formamos; creamos servicios nuevos en función de las personas que tenemos”.
Dice que Sifu tiene todavía mucho recorrido. Está convencido de que “la gran mayoría de personas
“La mayoría de personas con discapacidad pueden trabajar, pero sólo lo hace 1 de cada 4”
Sifu facturará este año 66 millones, tiene 32 oficinas en España y acaba de entrar en Francia
con discapacidad pueden hacer algo muy bien hecho, sin embargo, sólo 1 de cada 4 está activa”. Solucionarlo desde la empresa “funciona cuando forma parte de tu adn. Si sólo lo hacen por imagen, cuando no hay beneficios dejan de hacerlo. La única responsabilidad social corporativa que tiene efecto a largo plazo es la que hace que tu empresa vaya mejor. Aun así, cualquier iniciativa siempre es buena, ojalá más lo hicieran”.