Facebook echa el freno
Las viviendas prefabricadas de diseño se abren paso en el mercado
La pérdida de usuarios de la red social Facebook está detrás de su gran caída en bolsa.
Nuestras casas llegan desde la fábrica con el papel higiénico puesto”. Lo explica Xavier Claramunt, director de innovación de Smartliving, empresa que se dedica a la fabricación de casas preconstruidas de hormigón, y este detalle que puede parecer superfluo tiene su sentido. Si el rollo sigue en su sitio quiere decir que el proceso de salida de la fábrica, la subida de los módulos al camión, la descarga y el montaje in situ sobre el solar se ha hecho a la perfección. Los módulos –con paredes y techo–, que han llegado con la cocina y los lavabos instalados se ensamblan sobre el terreno. El cliente ya tiene su casa.
Las casas prefabricadas, o para ser más correctos preconstruidas se empiezan a abrir camino en el mercado español. Si en el 2015 se construyeron unas 2.000, en el 2017 fueron ya 7.000. Supone un cambio en el concepto de construcción ya que la mayor parte de la vivienda se realiza en una fábrica o taller. Es allí, a partir del diseños predeterminados o adaptados a la petición del cliente, donde se realizan los paneles de madera, hormigón o acero que después se encajarán sobre el terreno.
De momento, la tendencia es optar por este tipo de construcción en las residencias unifamiliares, explica Oriol Paris, profesor del departamento de Tecnología de la Arquitectura (UPC). Por prefabricional cación se entiende la construcción en fábrica de las diferentes partes que constituirán la vivienda, optando por los paneles de madera, hormigón o acero con nuevas técnicas para unir después las piezas en el terreno y con criterios de eficiencia energética.
Esta construcción no debe confundirse con un bungalow. Las calidades de los materiales son mucho mejores, se necesita licencia municipal, de una cimentación, cumplen con unos estándares de eficiencia energética y seguridad, han de llevar la firma de un arquitecto y son casas de “diseño”.
Para empezar por el principio, lo primero que se necesita es un solar. Puede parecer prohibitivo pero en muchas ocasiones son personas que deciden vender su piso en la ciudad y buscar un terreno a las afueras para vivir de otra manera. O también es una opción de quienes quieren una segunda residencia. Las grandes diferencias con respecto a la construcción tradi- son el tiempo, mucho menor cuando se opta por la prefabricación, y el precio cerrado ya que es mucho más sencillo evitar los imprevistos de la obra -si la empresa es seria–. También se generan menos residuos ya que al construir dentro de una fábrica es más sencillo reciclar los residuos.
En cuanto al precio, en muchas ocasiones se habla de ahorro económico pero hay que ir con cuidado, explica Oriol Paris, ya que al final todo depende de la calidad de los materiales.
Cuando llega el cliente lo primero que se hace en Smartliving es enseñarle alguna casa de muestra montada en la fábrica. A partir de aquí, se puede elegir entre un catálogo de 250 modelos de viviendas de una o dos plantas, y también se puede realizar un diseño adhoc. Los precios, en función de la calidad de los materiales, son de 1.150 euros o 1.250 euros el metro cuadrado.
Es muy importante dar un precio cerrado para todo, explica Xavier Claramunt, que incluye desde la cimentación del solar –con unas técnicas especiales– hasta que se entregan las llaves con toda la casa a punto para entrar a vivir. Lo que tiene gancho es hacerlo fácil y rápido, dice, y evitar las complicaciones de una obra clásica.
Dos años de construcción, señala con ironía, es un divorcio garantizado. Desde que se firma el contrato, lo normal es invertir un par de meses en lograr la licencia de obra, y después 3 meses de construcción. En un par de días se instala la casa sobre el solar.
Construir en naves es un proceso
PROCESO Los plafones de acero, hormigón o madera se construyen en fábrica y se montan in situ
EL CAMBIO La rapidez del proceso y la comodidad para el cliente, principales alicientes
más controlado, explican los arquitectos. El mal tiempo no afecta y se puede trabajar cada día, los operarios no han de desplazarse a lugares no habituales y al fabricar por bloques o paneles tampoco hay problema si después hay que reparar algún tipo de instalación.
En cuanto a la durabilidad de los materiales que se emplean depende de la elección. El hormigón, explica Oriol Paris, es muy resistente y es un material que ha evolucionado mientras que la madera está liderando esta construcción por su resistencia, ligereza y por su origen renovable, aunque requiere un mayor mantenimiento.
Este tipo de construcción se va abriendo paso en las viviendas unifamiliares, y también empiezan a aparecer en las ciudades en edificios plurifamiliares y, como en Barcelona, de promoción pública. De momento, según señala Claramunt, a partir de un determinado volumen es mejor construir sobre el territorio y no en la fábrica ya que son viviendas que necesitan de muchas conexiones. Además, la construcción con ladrillo tiene más capacidad de adaptarse a todo tipo de diseños.
Hay que darle una vuelta a la construcción tradicional, señala Lluís Raich, un arquitecto embarcado con su proyecto Slow Nature Suites quiere fusionar el concepto de construcción sostenible y naturaleza (ver información adjunta). Seguir también la tendencia donde confluyen, dice, las casas pequeñas y el minimalismo.
Las secuelas de la crisis también son importantes para contextualizar el auge de este nuevo modelo constructivo. La década de crisis, explica Claramunt, han hecho desaparecer buena parte del oficio de la construcción y hoy es muy difícil encontrar jefes de obra, carpinteros, pintores .... los que quedan están muy solicitados por lo que complica más los procesos de la obra. Industrializar la construcción, explica, conecta con el momento. Comodidad, menos líos para el cliente y, sobre todo, velocidad.