Exceso de astucia
Los antiguos dioses griegos decidieron castigar a Sísifo al parecer porque abusaba de la astucia. Lo condenaron a empujar una roca cuesta arriba por una montaña, pero antes de llegar a la cima, la roca volvía a rodar ladera abajo, repitiéndose una y otra vez el frustrante y absurdo proceso.
Creo que si Sísifo viviera en nuestros días huiría de Grecia y se refugiaría en Catalunya. Lo pienso por tres buenas razones. La primera, porque si los dioses nos pidieran su extradición se la denegaríamos, ya que aquí la astucia desmedida no se considera un delito, sino una virtud.
La segunda es que si en el peor de los casos tuviera que cumplir su condena aquí, a nosotros eso no sólo no nos parece absurdo sino que lo hemos convertido en nuestro deporte nacional.
La tercera, como resultado de la segunda: si realmente es astuto no tardaría mucho en meterse en política y enarbolar la roca de la república. No le interesará tanto dejarla sentada sobre la cima como que los dioses o los jueces se la vayan tumbando. Clamará “¡Injusticia!” en público cuando eso es lo que iba buscando. Para él, réditos electorales inmediatos, pájaro en mano. Para sus votantes, cientos volando.
JOSÉ LUIS FLORES LÓPEZ L’Hospitalet de Llobregat