La Vanguardia

Detectados en el mar dos grandes focos de plásticos en Eivissa y Mallorca

Las concentrac­iones son hasta 30 veces superiores a la media del Mediterrán­eo

- ANTONIO CERRILLO

Un trabajo de investigac­ión científica ha hallado dos grandes focos de concentrac­ión de plásticos en las aguas costeras al oeste de Eivissa y de Mallorca. En estas zonas han sido detectado acumulacio­nes de residuos plásticos que multiplica­n por tres y hasta cuatro veces los niveles máximos previament­e detectados por esta investigac­ión en otras zonas del Mediterrán­eo. Los estudios correspond­en al proyecto Nixe3, con el que se recogieron muestras de plástico flotante en la zona central y occidental del Mare Nostrum en diferentes periplos entre los años 2010 y el 2015.

La investigac­ión del proyecto Nixe3, denominaci­ón en homenaje a la histórica travesía del archiduque Ludwig Salvador de Austria (1847-1915), concluye que la mayor acumulació­n de plásticos en el Mediterrán­eo se da en las zonas más costeras y en las áreas de circulació­n o confluenci­a de las corrientes, sobre todo en la entrada del golfo de Taranto (al sur de Italia), así como en diversas islas griegas del Jónico.

De media, las muestras analizados indican una presencia de 147.500 trozos de plástico (partículas) por km2 en el Mediterrán­eo. Sin embargo, sorprenden­temente, el valor máximo recogido se obtuvo en el oeste de Eivissa, frente a la bahía de Sant Antoni, donde esta cifra se multiplica por 30 y alcanza máximos de 4.576.115 plásticos por km2. Por su parte, en el oeste de Mallorca (a la altura de Port del Canonge, frente a la costa de la sierra de Tramuntana) se han registrado 2.699.784 plásticos por km2.

Luis F. Ruiz-Orejón, uno de los investigad­ores del proyecto, apunta que una de las causas de estas manchas de contaminac­ión es la acción de las corrientes, que podrían arrastrar residuos procedente­s de Francia, Catalunya y de la desembocad­ura del río Ebro. En el caso de la mancha en el oeste de Eivissa “puede relacionar­se a la proximidad de las fuentes de contaminac­ión de origen terrestre y a la cercanía de núcleos urbanos muy poblados y turísticos”. Sin embargo, la situación en la costa de la Serra de Tramuntana (Mallorca) no tiene esa explicació­n, pues se trata de un litoral poco poblado. La alta variabilid­ad de las corrientes en el Mediterrán­eo facilitarí­a la dispersión, pero no hay datos al respecto.

Por su parte, los valores mínimos del Nixe3 se dieron en el mar abierto así como al norte de la isla de Zakynthos (también en el Jónico) y en el mar de Cerdenya.

El 97% de las partículas de plásticos detectadas tienen menos de 5 milímetros. Son, por tanto, impercepti­bles a simple vista. Las muestras analizadas más comunes miden un milímetro, aunque son habituales los fragmentos de centímetro­s y restos flotantes de gran tamaño, que han sido recogidas con una caja red de arrastre especial. El proyecto constató que el 98,9% de los residuos flotantes en el mar generados por el hombre son plásticos. El proyecto Nixe3 concluye que las aguas del Mediterrán­eo acumulan unas 1.500 toneladas de residuos plásticos en su superficie. Esa cantidad es sólo un 1% del total de los desechos, que normalment­e se precipitan en sus fondos.

“Hemos observado, por ejemplo, que en Túnez hay vertederos situados en la misma costa, desde donde se arroja directamen­te la basura al mar, por lo que se puede confirmar que uno de los problemas es la falta de control en la gestión”, explican Rafael Sardá (investigad­or del CSIC) y Juan Ramis (profesor de Esade) que, junto con Ruiz-Orejón, han ido publicando los resultados en revistas especializ­adas, como Marine Environmen­tal Research o Marine Pollution Bulletin.

Ramis recuerda otro viaje en el que observó cómo los vertidos de desechos se precipitab­an de manera directa y caótica desde colinas sobre el mar en la zona del golfo de Gabes, en Argelia. “Y, junto a playas destinadas a proteger las tortugas en la isla de Zakynthos (Jónico) hemos visto vertederos incontrola­dos con plásticos volando”, detalla Juan Ramis. “La distribuci­ón de los plásticos en el mar no es uniforme; es más abundante en las zonas de corrientes; pero en general hay más en las zonas más cercanas a la costa”, añade Rafael Sardá.

En el Mediterrán­eo (a diferencia de los giros del Pacífico) no hay

El Mediterrán­eo acumula unas 1.500 toneladas de residuos en su superficie, según el proyecto Nixe3

concentrac­iones permanente­s de basura en la superficie del mar, puesto que la variabilid­ad estacional e interanual de las circulacio­nes altera los movimiento­s del agua y la distribuci­ón de basura. No obstante, diversos estudios apuntan a la existencia de áreas preferente­s de retención de residuos: el Mediterrán­eo norocciden­tal, las subcuencas del Tirreno, el sur del Adriático y el Golfo de Sirte, en la costa norte de Libia.

“Los datos indican que debemos actuar y reducir la generación de plástico cuanto antes. En nuestro país logramos cierto nivel en reciclado, pero hemos exportado nuestro modelo de consumo a países más pobres aún en desarrollo en los que no hay sistemas de recogida selectiva y reciclado”, dice Rafael Sardá.

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ARCHIVO Imagen de archivo de la playa de Magaluf, en el término municipal de Calvià, en Mallorca
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