Epílogo: David y Goliat
Me imagino a David preparándose para luchar contra Goliat, pensando: “Sé quién soy, cómo soy y tengo mi honda. Sé cómo usarla y qué estrategia me ingeniaré, ¿pero me bastará?”. Esta metáfora que todos conocemos nos dice que aunque lo tengamos todo en contra, siempre hay posibilidades de salir triunfadores, y que podemos decidir nuestra suerte por nuestra propia mano. Y a veces pasa.
Sin embargo, ayer vivimos una bofetada de realidad. ¿Y qué si el gigante serbio ganó a los de David Martín en los penaltis? Hacía tiempo que no disfrutábamos tanto con la selección masculina. Eso genera ilusión y si tienes ilusión, tienes futuro.
Por primera vez en unos Europeos tanto las chicas como los chicos han subido al podio. Hasta ahora eran como vasos comunicantes: plata de los chicos en 1991 y bronce en 1983, 1993 y el 2006. Las chicas, oro en el 2014 y plata en el 2008. Eso habla muy bien de la salud de nuestro deporte. Hay que destacar también que de los 26 deportistas que forman ambas selecciones, 19 son catalanes y que todos juegan en clubs de aquí.
¿Y qué decir de las chicas? Después de caer inesperadamente en semis, apalearon a Hungría para subir al podio con una sonrisa en los labios de nuevo. Y vienen jóvenes con la fuerza de mil Davids. Los que tenemos ya una edad podemos estar tranquilos porque nuestro legado es sólo la semilla de lo que nos espera.
La segunda semana nos deja grandes partidos y aquel sentimiento de la niñez de “no quiero que se acabe”. También nos deja una organización perfecta. Barcelona siempre responde a estos retos, porque somos muy buenos y sabemos.
La próxima temporada habrá Mundial y en el 2020, Juegos en Tokio. Dejemos ya de recordar qué fuimos y valoremos qué han hecho estos dos equipos, porque no es nada fácil. Nuevos retos y nuevas luchas vendrán, pero caray, cómo nos gustaría que David ganara a Goliat.