La recepción del arte
En Carcasona un artista ha intervenido con unas vistosas líneas amarillas que forman figuras sobre portales y murallas
Ayer acabó el Tour de Francia, probablemente el espectáculo deportivo más panorámico del mundo. Nada se le asemeja, porque circuitos, estadios y pabellones pueden ser gloriosos, pero el Tour atraviesa un país, monitorizado por cámaras fijas y móviles sobre motos, helicópteros y avionetas. Ya hace años que la organización ha transformado la realización de las imágenes en un macrorreportaje turístico de Francia, en una versión contemporánea del paisajismo que admite todo tipo de aproximaciones a las diversas realidades de un país: el patrimonio monumental, la capacidad de emprendimiento de los municipios que cruza y el fragor enfervorecido de las cabalgadas o rúas populares. Pocas cosas hay comparables que movilicen tantas capas diferentes de una sociedad. Por eso es un espectáculo televisivo de primera, sobre todo en las etapas de montaña, que capta públicos muy diversos. Siempre fui aficionado al ciclismo. Mi padre corrió con el gran Cañardo y de niño puse en mi carta de Reyes sendas suscripciones a las revistas Miroir du cyclisme y
Vélo. Leo con avidez las crónicas de Xavier Garcia Luque y durante todo julio sintonizo Teledeporte (y La1) en el ordenador mientras trabajo avanzando los crucigramas de agosto. Es muy difícil retransmitir ciclismo en directo sin hacerte pesado o ausente. Me parece que el tándem Carlos de Andrés y Perico Delgado ha conseguido una complicidad que hace más pasables las transmisiones. Comparados con los equipos que retransmitían los partidos del Mundial de fútbol son miel sobre hojuelas. Su respeto por los corredores es proverbial y notable su capacidad de trenzar el relato con lo que ven, lo que les envían los espectadores y lo que les comenta el ciclista invitado.
El penúltimo domingo de Tour, al pasar los corredores por la bella ciudad medieval de Carcasona, las cámaras mostraron una vistosa intervención artística sobre las murallas. Grandes líneas amarillas que forman figuras sobre la piedra. De Andrés, en su papel de guía de los paisajes que muestran las cámaras, informó que la obra se titula Círculos concéntricos excéntricos y la firma el artista suizo (del Ticino) Felice Varini. Así celebran el 20.º aniversario de Carcasona como patrimonio de la humanidad según la Unesco. Las brillantes figuras amarillas estarán hasta septiembre. Me llamó la atención que Delgado comentara, en su tono de bromista blanco, que si alguien se atrevía a hacer algo parecido con su acueducto, en Segovia la gente se enfadaría mucho. De Andrés no hizo comentario alguno y a mí me subió una bocanada de superioridad moral que casi me llegó a la garganta. Pero no pasó de ahí, porque entonces recordé el episodio de la fachada del Liceu y cómo reaccionaron algunos notables de la sociedad barcelonesa cuando Frederic Amat presentó su proyecto de intervención artística y pensé que en todas partes cuecen habas.