Una luz en la curva de Angrois
Las víctimas conmemoran los cinco años de la tragedia aliviadas porque el Congreso investiga y hay varios imputados
Cinco años después de la catástrofe ferroviaria de Angrois en la que murió su hermano, Gema regresó de Santiago tras participar el pasado martes en los actos conmemorativos de la tragedia con una sensación “diferente” a la de anteriores aniversarios. “Me reconforta ver que tanto esfuerzo y tanta pancarta dan resultado”, señala esta madrileña en referencia a que ya echó a andar en el Congreso la comisión de investigación y también en relación con que hay siete imputados en la causa judicial, después del fallido intento de cerrarla con el maquinista como único presunto culpable del accidente en el que murieron 80 personas y hubo 144 heridos.
Para Gema también resulta alentador ver “nerviosos y tensos” a los que ella y el resto de la Plataforma de Víctimas del tren Alvia 04155 señalan como responsables de la falta de seguridad en la línea y de obstaculizar que se indagase lo sucedido.
El primer lustro de la mayor tragedia ferroviaria de la historia reciente de España dibujó un panorama ambivalente. Sigue sin efectuarse la investigación técnica independiente que reclamó la Agencia Ferroviaria Europea en su demoledor informe de hace dos años. Tras su conclusión, aunque su contenido todavía no era público, la Audiencia provincial de A Coruña enmendó toda su doctrina anterior para en el último momento ordenar la reapertura del sumario, lo que desembocó en la imputación de altos cargos de Adif y Renfe y de técnicos de la consultora pública Ineco.
Ese vuelco en el sumario provocó una nueva demora, que se suman a las que hubo por un cambio de juez y diferentes retrasos en la entrega de la documentación. En diciembre se agota la vigente prórroga de la instrucción, que podría renovarse. No hay por tanto ninguna previsión de cuándo se puede celebrar el juicio. De este modo las demandas de los afectados, que se pueden resumir en verdad y justicia, con la asunción de responsabilidades políticas y penales más allá de la evidente culpa del maquinista, no han sido atendidas. Sin embargo, el panorama cambió con la intervención de la UE y la crisis interna socialista del año pasado, que propició que se levantase el veto que el PSOE mantenía conjuntamente con el PP a la creación de la comisión de investigación en el Congreso.
Como otros familiares de los fallecidos, los supervivientes del siniestro y sus allegados, antes de esta marcha por la tarde en la curva de Angrois, Gema participó por la mañana en la manifestación que salió de la estación compostelana a la que el Alvia de la línea Madrid-Ferrol nunca llegó en aquella víspera del día de Galicia y del apóstol Santiago. La marcha acabó en la plaza del Obradoiro, según el guión que se mantiene desde el 2014, cuando en el primer aniversario la plataforma se rebeló contra la decisión de la Xunta de homenajear a los afectados concediéndoles la máxima distinción de la comunidad autónoma.
Ese reconocimiento honorífico contaba con el aval de una de las dos asociaciones de víctimas, que acabó diluyéndose mientras cobraba fuerza la línea de mayor reivindicación de la plataforma, bajo el liderazgo de la entonces diputada autonómica del PP de Madrid Teresa Gómez-Limón y el ingeniero informático Jesús Domínguez.
Domínguez fue el primer compareciente de la comisión de investigación, que preside el diputado del PDECat Feliu Guillaumes. En ella denunció tanto la falta de un sistema de seguridad automático en esa línea que había sido inaugurada diciendo que era de alta velocidad como la gestión posterior del accidente.
“Durante 5 años, la maquinaria del Estado ha trabajado para eximir la responsabilidad de quienes fueron negligentes, tratando por todos los medios de echar toda la culpa al último eslabón de la cadena, el maquinista, evitando cualquier tipo de responsabilidad y contaminando a la opinión pública con mentiras”, se afirma en el comunicado emitido por la Plataforma en el aniversario.
En ese texto las víctimas señalan cuatro decisiones clave, el cambio del proyecto original de la curva, cuando era ministro el socialista José Blanco; la desconexión del sistema de seguridad Ertms en la que parte de la línea lo que había, bajo el mandato de la popular Ana Pastor; la desatención de aviso del peligro que dio el jefe de los maquinistas de Ourense dos años antes y la falta de la evaluación de riesgos que exige la normativa europea.
“Me reconforta ver que tanto esfuerzo y tanta pancarta dan resultado”, señala Gema, esperanzada