La República, en grafiti
La grafitera Yseult Digan, autora de la nueva Marianne de los sellos franceses, lleva lustros retratando rostros de mujeres
Emmanuel Macron ha hecho uso de su prerrogativa presidencial para elegir la nueva efigie de Marianne, la mujer que simboliza a la República francesa, y que llevará a partir de ahora la firma de la grafitera francesa Yseult Digan, YZ, conocida por sus retratos de mujeres, que ha realizado en múltiples formatos por todos los rincones del planeta.
Marianne, femenino símbolo de la República francesa, sigue la moda: su busto en los ayuntamientos copió el de Brigitte Bardot, más tarde el de Catherine Deneuve. Ahora, su rostro, en sellos de correo, lo firma YZ, la grafitera franco británica Yseult Digan. Y, para que luego digan, la decisión no fue de Correos sino del propio presidente Macron, “tardíamente llegado al feminismo”, como declaró durante su campaña, y por lo que parece, también al arte callejero.
De hecho, artista y presidente posaron juntos en el barrio BasToulon, de Périgueux, frente al mural realizado por YZ que instaló allí a Marianne en plena calle. Perfil derecho exhibido, el gorro frigio deja escapar largos cabellos espesos y ondulados.
Lo cierto es que YZ, nacida en 1975 en Châteauroux, centro de Francia, lleva más de tres lustros dedicada casi exclusivamente a retratar cuerpos y rostros de mujer, con un estilo que se parece más al de una muralista pero con el criterio del Street art.
Así, su primer gran proyecto, en 2003, reprodujo treinta veces en distintos puntos de París, con una plantilla, un mismo rostro. Luego, a lápiz, ligaba los distintos sitios de la ciudad, como un mapa de la capital francesa.
Más tarde llevó aquel rostro a las paredes de Five Pointz, espacio mítico del grafiti en Nueva York, hoy desaparecido. En 2011 cambia la plantilla por los collages tamaño natural y, para su proyecto ‘Women from another century’, planta en las calles parisinas cuerpos femeninos robados a fotografías del siglo XIX. Y lo hace con un estilo voluntariamente antiguo.
Un año antes había viajado a Guadeloupe, en las Antillas francesas, tras el rastro de su padre inglés. Allí ligó fotografía y collages: fotografiaba mujeres y componía retratos que fijaba en las paredes de las casas. En 2015 retomó ese procedimiento en Senegal para multiplicar retratos de las Amazonas de Dahomey, un antiguo regimiento integrado sólo por mujeres.
Empress, uno de sus trabajos más recientes, salpicado en las calles de Roubaix, en el norte de Francia, reproducía en madera y con tinta china nuevas presencias femeninas, con el doble objetivo de subrayar por una parte sus peinados y vestidos y pintar por encima objetos de recuperación.
En realidad, todo el trabajo de YZ representa mujeres cuya imagen reivindica una cultura y una identidad afirmadas. Normal entonces que fuera escogida para dibujar esa Marianne “comprometida” que solicitaba Macron,
Todo el trabajo de YZ representa mujeres cuya imagen reivindica una cultura y una identidad afirmadas
En el distrito 13 se ha impuesto desde los atentados de ‘Charlie Hebdo’ la Marianne del estadounidense Obey
“también determinada, enérgica, con los pies en el siglo XXI y proyectada en la acción”, según indicaba el Elíseo.
¿Habrá jugado, también, la condición femenina de la autora? Porque otra Marianne callejera emerge del fresco monumental Liberté, Égalité, Fraternité, visible en el número 186 de la rue Nationale, en el distrito XIII de París, pero también en el Elíseo.
El autor, Shepard Fairey, americano, que firma Obey, lo creó tras los atentados del 2015, en París y en Saint Denis, en la senda del Je suis Charlie, “en solidaridad con la nación francesa”.
Pero si la versión espectacular que disfrutan los peatones persiste es gracias al alcalde socialista de ese distrito del sur de París, Jérôme Courmet, y al galerista Mehdi Ben Cheikh, que financió la obra.
Obey tuvo fama norteamericana en el 2008 cuando en plena campaña presidencial anticipó la elección de Obama con un retrato rojo y azul y la leyenda Hope. ¿Un conjuro? En el cuartel general de su propia campaña, Macron entronizó la Marianne que Obey exhibía en su sitio de internet desde los atentados de noviembre. Y la llevó con él a palacio.