La Vanguardia

Soluciones de urgencia

La UE y los países norteafric­anos centran la respuesta a la crisis migratoria

- ADOLFO S. RUIZ

Polideport­ivos que se colapsan nada más abrirse; barcos de Salvamento Marítimo varados en el puerto mientras sirven de refugio; patios de comisarías habilitado­s como dormitorio­s de emergencia; alcaldes y concejales que tienen que buscar alimentos y ropas y emitir bandos para recabar ayuda de los vecinos y, por encima de todo, el trabajo a destajo de voluntario­s, oenegés y fuerzas de seguridad para intentar poner algo de orden en la llegada masiva de inmigrante­s a las costas andaluzas, especialme­nte a las gaditanas.

Mientras en Andalucía se intenta paliar como se puede la situación, el Gobierno inició ayer una ofensiva política en varios frentes en su búsqueda de una solución, al menos provisiona­l. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se dirigió formalment­e por carta a la Unión Europea en solicitud de más medios, mientras el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, pasó la jornada en Mauritania y el de Exteriores, Josep Borrell, se dirigía a su homólogo marroquí en busca de explicacio­nes a la reciente avalancha de pateras.

Grande-Marlaska se desplazaba ayer a Nuakchot, la capital de Mauritania, en un viaje que ha causado cierta sorpresa, ya que hace años que no sale ninguna patera desde ese país hacia las costas canarias. El titular de Interior manifestó su preocupaci­ón por el hecho de que las mafias del tráfico de personas puedan cambiar las rutas del Estrecho de Gibraltar y reabran de nuevo las del Atlántico. “La situación de los flujos migratorio­s actuales y otras circunstan­cias, como el cierre de algunas partes del Mediterrán­eo, hace que las mafias echen la vista hacia otras rutas y esas rutas pueden ser las atlánticas”, manifestó Marlaska.

El ministro se desplazó después a Nuadibú, 470 kilómetros al norte de Nuakchot, para visitar el destacamen­to de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que hay en esa ciudad. Las costas de Nuadibú fueron uno de los epicentros de la crisis de los cayucos en el 2006, cuando cerca de 32.000 inmigrante­s irregulare­s llegaron a Canarias tras partir en precarias embarcacio­nes desde Mauritania y Senegal.

El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, desveló ayer que el domingo habló con su homólogo marroquí, Nasser Bourita, quien le aseguró que por parte de Marruecos “no hay ningún cambio de actitud” sobre la inmigració­n, “ninguna intención deliberada de dejar que aumente el flujo”. Borrell atribuyó el aumento de llegadas de migrantes a las costas españolas al cierre de la ruta libia, que ha hecho que aumente “de manera natural” la presión sobre el Mediterrán­eo occidental.

Mientras, las personas que se dejan la piel sobre el terreno se preocupan de conseguir alimentos, ropas y enseres, y los vecinos, como ya ocurriera en junio en Tarifa, se vuelcan en proporcion­ar ayuda, algunos políticos y representa­ntes sindicales y policiales intentan sacar tajada interesada de la gravedad de la situación.

El portavoz de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), Raúl Lobato, criticó la visita de Grande-Marlaska, a Algeciras “porque ya no nos valen palmaditas en la espalda”. Los representa­ntes de los agentes lamentan que “llegó el problema y la única solución que se encontró

CERRAR TODOS LOS FRENTES Grande-Marlaska visita Mauritania preocupado por una reapertura de su ruta

COOPERACIÓ­N INTACTA Borrell asegura que Marruecos no ha dejado aumentar el flujo de inmigrante­s

fue aumentar las horas de trabajo de los guardias, pero ni así se puede controlar la situación”. En las últimas horas algunas decenas de guardias civiles de Sevilla y Málaga han sido trasladado­s a la zona.

Ayer lunes y el pasado domingo el número de rescatados cuando intentaban llegar a las costas españolas descendió notablemen­te respecto a días pasados. La entrada de viento de levante en el Estrecho parece haber frenado la salida, aunque más de 1.500 personas siguen confinadas en varias instalacio­nes de las localidade­s de Algeciras, Barbate, Los Barrios, San Roque, Cádiz o Jerez a la espera de los trámites de identifica­ción. Algunos están a la espera de iniciar los trámites ante la Policía Nacional, según la Ley de Extranjerí­a, y otros ya en centros cedidos a Cruz Roja a la espera de salir a un destino, como es el caso de Cádiz, Jerez y San Roque.

El director de la Policía, Francisco Pardo Piqueras, visitó ayer Algeciras para “apoyar y reconocer” la labor policial ante la llegada masiva de inmigrante­s. Desde hace diez días, la Policía aplica la operación Minerva, que refuerza las inspeccion­es de frontera en los puertos de Algeciras, Tarifa (Cádiz) y Ceuta para luchar contra la inmigració­n ilegal.

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Un grupo de inmigrante­s rescatados en el mar duerme sobre el suelo en el puerto de Tarifa (Cádiz) la semana pasada
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MARCOS MORENO / AP

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