El comercio pide al Ayuntamiento que recupere el orden público
La facturación de los principales ejes comerciales cae un 20% y las reservas de los restaurantes son canceladas en masa
El empeño de los taxistas en continuar con sus movilizaciones está cayendo como un jarro de agua fría sobre los comerciantes, restauradores y hoteleros de Barcelona. El descenso de la facturación de los principales ejes comerciales de la ciudad ya ronda el 20%, las reservas de los restaurantes que dan a la playa caen como piezas de dominó, los recepcionistas no saben ya cómo orientar a los turistas... Nadie discute el derecho a huelga de los taxista, pero buena parte del tejido productivo de la ciudad lamenta que los taxistas continúen dispuestos a mantener su secuestro de la ciudad mientras las administraciones miran hacia otro lado. la patronal Cecot aseguró ayer que las movilizaciones de los conductores son desproporcionadas, e instó a las administraciones a solucionar el conflicto cuanto antes.
“¿ Y si los comerciantes nos dedicaramos a bloquear la ciudad para protestar contra los manteros? –se pregunta Gabriel Jené, portavoz de Barcelona Oberta, entidad que agrupa a los principales ejes comerciales de la ciudad–Pedimos a la alcaldesa Ada Colau y al Ayuntamiento que recupere el orden público. Ahora los taxistas también están instalados en el paseo de Gràcia. Estos días del año no suelen ser especialmente buenos, pero la facturación está cayendo en picado en todos los ejes cercanos a la Gran Via, en Barnacentre, en la calle Pelai, en la plaza Catalunya, en el paseo de Gràcia... Hablamos de prácticamente un 20%”.
Salva Vendrell, de la fundación Barcelona Comerç, la asociación de los ejes comerciales de los barrios de Barcelona, la entidad que agrupa al comercio de proximidad barcelonés, dice que ya se están produciendo los primeros problemas logísticos. “Los primeros días de la protesta cayeron en fin de semana, pero si de veras los taxistas continúan colapsando el centro de la ciudad los problemas se extenderán por los barrios –asegura Vendrell–. Las mercancías no llegarán a los comercios según lo previsto. Nos estamos cargando la marca Barcelona, una marca que tardamos años en gestar, en unos pocos meses. Que las movilizaciones de los taxistas se prolonguen es una mala noticia”.
“Hay una pérdida de consumo inmediato en la zona más turística y en las zonas más alejadas del centro”, subraya el director general del Gremi de Restauració, Roger Pallarols. “La zona del litoral lo está notando especialmente, sobre todo en el horario nocturno en el que el taxi es el medio habitual: el porcentaje del coche privado es muy pequeño”. Pallarols añade que la protesta de los taxistas se produce en plena temporada alta, en un año en el que las cosas no estaban yendo lo bien que podrían ir y después de un 2017 complicado. “Nos preocupa cómo afecta a la imagen de la ciudad. Nos estamos marcando demasiados autogoles. Nosotros también instamos a la responsabilidad de las administraciones”.
Los hoteles también están sufriendo la huelga, si bien no hay una pérdida económica o de reservas, la padecen sobre todo en molestias. “Todos estos problemas de movilidad están afectando a la imagen de la ciudad –dice Manel Casals, director del Gremi d’Hotels de Barcelona–. Y ello puede tener consecuencias a largo plazo. Cada año estamos igual. Hay gente que puede venir a Barcelona que puede dejar de hacerlo”.
Pequeños y medianos empresarios lamentan que en pocos días se esté echando a perder la marca Barcelona