Vuelve el ganador sorpresa
El ‘Estrella Damm’ regresa a la Copa veinte años después de su inesperada victoria de 1998
En el mundo de la vela todavía se recuerda lo que ocurrió en la Copa del Rey de 1998. Aquel año la organización buscó un sistema que permitiera declarar un único ganador del trofeo a partir de los sistemas de compensación de tiempos. O sea, un vencedor absoluto. Y lo que ocurrió fue algo inesperado: ganó el Estrella Damm, un velero normalito, de serie, un Beneteau First 40.7 de 12 metros de eslora, ciertamente rápido como crucero, pero sin comparación posible con los pura sangre que acuden cada año a Palma para tomar parte en una de las competiciones de vela más prestigiosas del Mediterráneo. Fue un sorpresón no bien recibido por los equipos más poderosos, y la fórmula del ganador único ya no se repitió.
Aquel Estrella Damm tenía al sevillano Ignacio Montes de León como armador. La tripulación estaba formada por sus propios hijos y algunos primos y amigos de estos. Veinte años después, algunos de ellos están aquí otra vez y de nuevo el barco con el que compiten lleva el nombre de la cervecera catalana. Eso sí, en esta ocasión una victoria ya no sería ninguna sorpresa.
El Estrella Damm de la Copa del Rey Mapfre 2018 lleva a bordo a tres hijos de Montes: Nacho (ahora también armador), Paco y Arturo, junto con sus primos Nacho Murube y Álvaro Fernández Candau. Completa la tripulación una selección de estrellas de la vela española. Luis Martínez Doreste es el patrón; José María Pichu Torcida, el táctico; Gonzalo Infante, el navegante; y completan el equipo Ricardo Terrades, Roberto Molina, Jaime Monjo, Adolfo López, Óscar Chaves y Aleix Gelabert. En las dos últimas jornadas de competición está previsto que se incorpore también Natalia Via-Dufresne. En total hay a bordo 3 medallas olímpicas, 12 campeonatos del mundo, 15 europeos y una vuelta al mundo (en la Barcelona World Race).
Arturo Montes, ahora estratega en este equipo, tenía 25 años en 1998 y recuerda con humor aquella asombrosa victoria. Pero en veinte años ocurren muchas cosas y para él la vida cambió radicalmente en el verano del 2011. De vacaciones familiares en Culatra (Portugal), una lancha lo arrolló mientras nadaba y le seccionó la pierna izquierda a la altura de la ingle con la hélice. Estuvo un mes en coma y siguieron muchas operaciones.
El deporte ha sido fundamental para seguir adelante. Ha creado la Asociación para el Fomento del Deporte Adaptado junto con Luis Redondo, paralímpico en Pekín 2008 (esgrima), y Javier Reja, paralímpico en Río 2016 (piragua). Él mismo estuvo también en Río, en vela adaptada, con un 2.4 individual. Organizan campeonatos de España de pádel, de tenis, de piragua y de otras disciplinas, como la doma paraecuestre. Como en Tokio 2020 no habrá vela adaptada, Arturo Montes se prepara para competir en tenis.
A bordo de un barco, Arturo Montes asegura que se maneja mejor que en tierra, donde se desplaza con una silla de ruedas o con muletas. En el barco, la posibilidad de agarrarse con los brazos a algún cable (el backstay o los guardamancebos) le ayuda a mantenerse sobre la pierna y su costumbre de navegar desde que era un niño hace el resto.
Deportista gran competidor (“soy buen ganador y buen perdedor”, se define), Arturo Montes no esconde la emoción de verse de nuevo en la Copa del Rey formando parte de un equipo de primer nivel. Llevan un gran barco, un DK46 que ya ha ganado dos veces la Copa, en el 2009 y en el 2016, en esta ya en manos de Luis Martínez Doreste con el nombre de Maserati. Compiten en la clase ORC1 y su máximo rival será el Rats on Fire de Rafael Carbonell, en una flota de 23 barcos competidores.
Ayer, en el primer día de competición, ganaron las dos regatas disputadas y ya son líderes.
Este jueves, los Montes y el resto del equipo esperan la llegada a Palma de Ignacio Montes de León, quien a sus 74 años tampoco quiere perderse el placer de revivir la gesta que lograron hace veinte años con el anterior Estrella Damm.
PLANTEL DE ESTRELLAS El velero actual, un DK46 que ya ha ganado el trofeo dos veces, lleva una tripulación de primer nivel
ESPÍRITU DE SUPERACIÓN Arturo Montes tenía 25 años en 1998 y, tras un grave accidente, compite ahora como paralímpico