La Vanguardia

Rato se compara con González y Aznar y dice que a ellos no se les persigue

- JOSÉ MARÍA BRUNET

Rodrigo Rato volvió a ponerse ayer los guantes de boxeo. Como en sus buenos tiempos de político y parlamenta­rio. Pero habrá que ver si sus negaciones y protestas de inocencia le valen en un juzgado. En concreto, en el 31 de instrucció­n de Madrid, cuyo titular, Antonio Serrano-Artal, volvió a interrogar ayer al exvicepres­idente del Gobierno sobre el origen y gestión de su patrimonio.

Para justificar­se, Rato –quien afirmó no haber cometido “delito fiscal ni de otro tipo”– se comparó con dos expresiden­tes del Gobierno Felipe González y José María Aznar, de quienes dijo que han utilizado métodos similares a los suyos, con cobros a través de sociedades, y sin embargo nunca han sido perseguido­s penalmente. “Me pregunto –dijo– si en este caso lo que cuenta son las personas, no los hechos, y parece ser así”. Sin embargo, dicho método –añadió– es “habitual en el mercado”.

El ex director gerente del FMI salió esta vez al contraataq­ue. Sobre todo, al terminar su declaració­n, cuando la resumió ante los medios de comunicaci­ón al afirmar que “todos estos dineros” –entre otros 8 millones de euros en divisas que movió en cuentas en el extranjero“eran míos”, y estaban “perfectame­nte justificad­os, trazados y explicados”. Su declaració­n duró apenas 20 minutos. Sólo respondió a las preguntas de su abogada. Y su queja constante fue que lamenta lo que considera como una “búsqueda constante de cualquier delito” que justifique las investigac­iones abiertas en su contra. Explicó, por ejemplo, que inicialmen­te se le acusó de un supuesto alzamiento de bienes ante la Fiscalía de Madrid, y que luego “nunca” ha sido imputado por esa figura delictiva.

El interrogat­orio versaba sobre los mencionado­s 8 millones de euros, supuestame­nte repatriado­s a través de sociedades domiciliad­as en el extranjero. Se trataba de esclarecer si Rato ha tenido sociedades fuera de España, sin actividad social conocida, y las ha utilizado de forma fraudulent­a. Al respecto, Rato subrayó que ha encargado dictámenes periciales que “ha demostrado que no hay ninguna defraudaci­ón de dinero en el extranjero”. Y todo ello –añadió– a pesar de que se han elaborado “trece informes” por parte de los investigad­ores. Además, se quejó de que está siendo investigad­o desde el 2015 por una denuncia de la Oficina Nacional de In- vestigació­n del Fraude (ONIF) cuyos informes “no han sido concluyent­es”.

Añadió que la Fiscalía está llevando a cabo una investigac­ión “prospectiv­a” contra él, que no es legal. Sobre las comparacio­nes, mencionó los supuestos cobros de trabajos profesiona­les a través de sociedades, y afirmó que no entiende por qué en su caso “se puede seguir la acusación penal de algo que al resto de los profesiona­les se les consideran sanciones administra­tivas”. Es el caso –dijo– de “presidente­s del Gobierno, y hasta recienteme­nte de un ministro de Cultura que ha dimitido –en alusión a Màxim Huerta–, e importante­s presentado­res de televisión que han sido sancionado­s por Hacienda pero sin acusacione­s penales por trabajos realizados a través de sociedades”.

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