Kim Jong Un
Trump ignora el hallazgo y se aferra a que la negociación va bien
LÍDER DE COREA DEL NORTE
Los servicios de inteligencia de EE.UU. han detectado que Corea del Norte está fabricando nuevos misiles intercontinentales, pese a las promesas de desnuclearización de su líder en el encuentro con el presidente Trump.
Como dice la canción, estos son malos tiempos para la lírica.
Y, sin embargo, esa relación tan singular, que parecía imposible, entre el presidente estadounidense Donald Trump y el dictador norcoreano Kim Jong Un trae a la memoria una estrofa de Leopoldo María Panero:
“...de todos los favores que pude prometerte te debo la locura”.
No se sabe quién se lo recita a quién, pero parece que la realidad no es como la pinta la Casa Blanca, al menos por ahora.
Tras la reunión que mantuvieron ambos mandatarios en Singapur el 12 de junio, Trump regresó a su país con la promesa de que se había acabado la amenaza nuclear de Corea del Norte. “Los americanos pueden dormir tranquilos esta noche”, proclamó.
Las cosas, sin embargo, no resultan ni tan claras ni tan fáciles como dijo. Las agencias de espionaje de Estados Unidos han detectado que Corea del Norte está construyendo nuevos misiles, según avanzó The Washington Post citando fuentes oficiales.
Esta producción se realizaría en la factoría donde el régimen de Pyongyang produjo el primer misil balístico intercontinental con capacidad para alcanzar ambas costas de Estados Unidos.
La inteligencia estadounidense habría obtenido evidencias entre las que se incluyen fotografías tomadas por un satélite este mismo mes de julio. Todo indica, siempre a partir de esas imágenes, que los norcoreanos trabajaban en al menos dos cohetes intercontinental de propulsión líquida en las instalaciones de Sanumdong, a las afueras de la capital. En una de las fotos apare- ce un camión de los que habitualmente trasladaban los cohetes. No se observa si carga uno, al haber un toldo.
“No hay nada malo en mantener encuentros”, afirmó este lunes Trump al ofrecer citarse con el presidente iraní sin precondiciones. “Me reuní con el presidente Kim. No hemos visto el lanzamiento de un misil en nueve meses. Nuestros prisioneros han regresado, muchas cosas suceden, muy positivas”, añadió. Al hablar del regreso aludía a la repatriación el viernes de 55 cofres con los supuestos restos de otros tantos soldados que murieron a consecuencia de la guerra en aquella península hace ya 65 años.
Ni una palabra sobre los supuestos hallazgos de sus agencias de inteligencia. Estos informes respecto a la fabricación de más misiles llegan después de la reciente revelación de que los norcoreanos continuaban enriqueciendo uranio en el lugar llamado Kangson, donde se proseguía con actividades secretas.
Si Trump sólo aprovecha el asunto para felicitarse, el secretario de Estado, Mike Pompeo, reconoció la semana pasada, en una comparecencia en el Congreso, que Corea del Norte no había dejado de producir “material de fusión”, usado en las armas nucleares, pese a las promesas de desnuclearización. Pompeo evitó responder si todavía fabrica nuevos misiles. Según esas fuentes, podría ser que estos nuevos cohetes estén sujetos a pruebas en el futuro con unos sistemas de
Los servicios de inteligencia habrían captado la fabricación de dos misiles intercontinentales
guía más exactos que los actuales.
Pompeo sostuvo, además, que se están haciendo progresos en las negociaciones. Los norcoreanos, sin embargo, han dado muy pocas señales en ese terreno. De reuniones como la de ayer entre las cúpulas militares de las dos Coreas en Panmunjom poco trasciende.
La excepción sería la base de Sohae, donde los satélites captaron el desmantelamiento de unas piezas para satisfacción de Trump. Pero los analistas lo vieron como simbólico, porque esas instalaciones estarían obsoletas.
Los expertos calculan que Kim dejará para el final el asunto de las bombas atómicas y nunca aceptará un desarme que seguramente le condenaría a perder el poder.
Está claro que cada parte lee los acuerdos de Singapur según le conviene.