Pescado fresco para dos reinas
Letizia y Sofía, con Leonor y Sofía, visitan el Mercat d’Olivar y un mercadillo ecológico
La última vez que las cuatro mujeres de la familia real coincidieron en Palma fue el domingo de Resurrección, un mal día para la imaginería real. Pero si la reina Letizia y la reina Sofía compartieron entonces una escena no muy afortunada, ayer decidieron compartir su suerte jugando al mismo número de la Lotería Nacional: el 53.025, del que cada una de ellas adquirió, a un vendedor callejero, un décimo para el sorteo del próximo sábado.
Acompañadas de la princesa Leonor y la infanta Sofía, ambas reinas decidieron ayer traspasar los muros de Marivent para darse un paseo por las calles de Palma que incluyó un recorrido por el mercado del Olivar, el más popular de la ciudad, y por el mercadillo de productos ecológicos que todos los martes y sábados se instala en la plaza de los Patines. Alrededor de las doce del mediodía, con el sol cayendo a plomo, las cuatro llegaron a las cercanías del mercado que lleva el nombre de la plaza donde está ubicado, cerca de la céntrica plaza de España.
Al Mercat de l’Olivar, al igual que sucede con el de la Boqueria de Barcelona, se va a comprar y tam- bién a disfrutar de lo bien expuestos que están los productos. Las dos reinas, la Princesa y la Infanta pasearon por los pasillos del mercado y se pararon especialmente en los del pescado. Letizia, siempre tan didáctica, explicó a sus hijas las distintas variedades expuestas al tiempo que preguntaba a los vendedores por el origen de las piezas. La reina Sofía, que sustituyó su habitual abanico por un curioso ventilador de mano, retiró hace años la carne de su dieta, pero no es vegetariana ya que el pescado es su fuente predilecta de proteínas. Con las merluzas, las gambas, las sepias, las lubinas, el bonito se situaban especies locales como el gall ,el caproig ,el anfós ola ratjada, base de las suculentas sopas, arro- ces y fritos mallorquines. A pesar de la buena presencia de las piezas, las reinas no compraron en aquel momento aunque indicaron a los vendedores del mercado que de allí es de donde salen los productos que se consumen en Marivent. Los responsables de la cocina de la residencia veraniega tienen indicacio- nes estrictas de cocinar platos mallorquines. El tumbet, una especie de pisto o sanfaina que incluye patatas, berenjenas, tomate y pimiento y se puede servir solo o acompañado de lomo de cerdo o huevos escalfados, es siempre el plato elegido cuando hay invitados. Todos los presidentes del gobierno que han acudido a Marivent a despachar con el Rey han degustado platos mallorquines. También los han probado reyes y presidentes invitados a la residencia real, y hasta Michelle Obama cuando pasó por Marivent hace unos años. Tanto le gustó el tumbet a la ex primera dama de Estados Unidos que el en-
Suegra y nuera compraron dos décimos de lotería del número 53.025, que se sortea el próximo sábado
tonces rey Juan Carlos le envió posteriormente simientes de pimientos, berenjenas y calabacín que la esposa de Obama plantó en el huerto de la Casa Blanca.
Tras abandonar el Mercat d’Olivar, las dos reinas y las niñas se dirigieron a un mercadillo ecológico, especializado en productos de cercanía. La reina Letizia, gran amiga de los alimentos bio, compró fruta de temporada que cargó en el capazo que llevaba al hombro. El paseo de las cuatro mujeres de la familia real se produjo, como no podía ser de otra manera, entre los saludos de los locales y visitantes que se cruzaron con ellas en el mercado, la calle o el mercadillo. La complicidad de las cuatro dejó atrás la imagen de ellas mismas a la salida de la catedral de Palma. La princesa Leonor no se separó de su abuela Sofía, tomándola del brazo o de la mano. Letizia y sus hijas optaron por las bermudas, jersey ajustado en tonos rosas para la madre y blusones de lino blancos para las niñas, mientras que la abuela lució un blusón estampado, pantalones blancos y abarcas menorquinas. Antes de salir del mercado, la reina Sofía compró un décimo de lotería a un vendedor; la reina Letizia dudó, pero, al final, decidió compartir la suerte con su antecesora, aunque el que sí puede considerarse ganador fue el lotero ya que, tras el paso de las reinas, agotó el número.