Orlinski, un artista
Jakub Józef Orlinski en recital Piano: Sophia Munoz Lugar y fecha: claustro de Sant Pere de Galligants. Girona. Nits de Clàssica (29/VII/2018)
Es interesante constatar la vigencia del lied en sus diversas expresiones que muestra en la melomanía creciente de nuestro país. Habría que atender algo más la canción de concierto española y de Catalunya con buenas voces. Hay elementos dinamizadores, y en particular la labor de las Schubertiadas (en un par de semanas inaugura Vilabertran), o la buena gestión de los programadores que cada vez le dedican más espacios, atentos a la calidad y a las novedades. Este caso del muy joven contratenor polaco Orlinski es una de las buenas nuevas. Voz muy potente, natural de buen sustento y proyección y muy propicia al escenario de ópera, con agudos nítidos, que debe aún trabajar en cuanto a precisión de ataque y matices; no es artificioso, y creo que, de momento en la propuesta de programa que pudimos escuchar, le resulta muy afín el repertorio de Händel, del que hizo arias de las óperas Rinaldo, Partenope y Tolomeo, finalizando el programa con el Agitato de Riccardo, con muy buena colaboración de la pianista Munoz.
Si hay algo que objetar en las arias de Purcell o la de La Calixto de Cavalli con que abrió el programa, es la dificultad que plantean el timbre y el cuerpo sonoro del piano en textos y melodías que son de muy sutil diseño e interioridad, y que requieren, más que de teclado, de cuerdas de laúd. Y en este caso posiblemente el contratenor hubiese obtenido una coloración más delicada y más afín a las propuestas armónicas. No obstante, la juventud de Orlinski hace pensar que andará ese camino hacia la sensibilidad y la variedad de matices. Un elemento que estuvo presente en las íntimas canciones de Reynaldo Hahn (la sorprendente A Chloris abrió la serie) y en las que el contratenor buscó su lugar, alejándose de la concepción sopranil original para dar su propio color y carácter. Son canciones de íntima poesía, especialmente L’Heure Exquise ,en magnífica versión.
En el fondo, Orlinski, si bien debe andar camino aún, es un artista; vive lo que hace, y su diálogo con el público es eficaz, porque lo siente y lo expresa. Estará en el próximo Life Victoria en septiembre en Barcelona. Enhorabuena al Nits de Clàssica por utilizar estos bellísimos claustros que reviven con la música; y un ruego al Ayuntamiento: mejorar la señalización y no dejar que altavoces irreverentes perturben un espacio que es de todos.