Otro timón, otro tempo
Carlos Sainz, piloto de fórmula 1, navega con el equipo Mapfre, subcampeón de la vuelta al mundo
Debe de haber pocas experiencias comparables a la de conducir un bólido de fórmula 1. Tampoco es poca cosa navegar en un velero de regatas alrededor del mundo. El piloto Carlos Sainz tuvo ayer la oportunidad de saltar de un deporte al otro y de comprobar en una jornada espléndida en la bahía de Palma qué se siente a la rueda de un bólido del mar. Se lo explicó a La Vanguardia al llegar al pantalán del Real Club Náutico de Palma: “He disfrutado de verdad. Ha sido una experiencia única. Y también he aprendido mucho. Sigo la vela, pero esto ha sido como una inmersión para entender cómo funciona este deporte”.
Mapfre, patrocinador de la Copa del Rey, tiene en Palma el barco con el que tomó parte en la reciente edición de la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo por etapas, en la que la tripulación patroneada por el vasco Xabi Fernández quedó en segunda posición tras un tramo final Göteborg-La Haya que se decidió por 11 minutos (tres millas de distancia), en la edición más emocionante de una vuelta al mundo.
El espectacular velero oceánico de 21,5 metros de eslora acoge ahora a bordo a los invitados de la empresa aseguradora mientras se disputa la Copa del Rey Mapfre, y ayer el vip era Carlos Sainz, piloto de Renault, recién llegado de Hungría, donde compitió el pasado domingo. Xabi Fernández viajó desde Cantabria, donde pasa sus vacaciones, hasta Palma para compartir con el joven piloto automovilístico la jornada a bordo. Todos disfrutaron de lo lindo. También los directivos de Mapfre que navegaron con ellos, encabezados por Eva Piera, directora general de relaciones externas de la firma.
Sainz declaró a este diario que le había sorprendido lo espartano que es el interior de un barco de regatas, con sencillas literas, construido completamente en fibra de carbono, como un coche de carreras, y enfocado también a lograr el máximo rendimiento. Y no dejó de evocar lo que tiene que ser navegar día tras día a la máxima velocidad posible por los océanos, compartiendo unas difíciles condiciones de convivencia a bordo con los compañeros y siempre expuestos a los peligros del mar, “que no perdona una”, como él recalcó. Comparado con lo que un piloto hace al volante de un fórmula 1, a Carlos Sainz le pareció que al timón de un velero, incluso tan rápido como el Mapfre, cada maniobra pasa “a cámara lenta”.
Probablemente ahí sí que no hay punto de comparación entre la fórmula 1 y casi cualquier otra actividad humana, aunque Sainz le explicó al cronista que las sensaciones acaban siendo tan subjetivas que, incluso en plena competición, un piloto de carreras puede sentir que también el tiempo pasa relativamente despacio.
Carlos Sainz pudo llevar el Mapfre a buena velocidad, unos 18-19 nudos (casi 35 km/h), gracias al embat, el viento térmico de Palma que hace de esta bahía mallorquina un escenario ideal para practicar vela. El patrón, Xabi Fernández, le fue apuntando qué hacer para aprovechar los roles de viento (orzar, abatir...), de manera que el piloto enseguida comprobó lo que se siente al jugar con el viento como motor de una embarcación.
Por la mañana, antes de comenzar las regatas, Carlos Sainz, Xabi Fernández, el jugador de baloncesto Rudy Fernández y su hermana Marta, también jugadora de este deporte, así como la nadadora de sincronizada Ona Carbonell, acudieron al pantalán del RCNP donde amarra el Aifos de la Armada española que patronea el rey Felipe para saludar al Monarca. El grupo enseguida se enfrascó en una divertida charla de deportistas. Don Felipe juntó los dedos índice y pulgar para lamentar lo muy a punto que estuvo el Mapfre de ganar la vuelta al mundo, y Xabi Fernández bromeó preguntando al Rey si quería que el gran velero perjudicara después en la bahía a alguno de sus rivales.
El Monarca se rió con ganas y explicó a todo el grupo que el hecho de competir este año en la clase monotipo Swan 50 hace que todos los veleros naveguen tan juntos que ni siquiera sería posible poner en práctica la travesura que proponía, en broma, el gran navegante vasco.
VACÍO POR DENTRO El piloto se sorprendió del espartano interior de un velero de regatas diseñado para correr
UN MOTOR MUY DISTINTO El patrón, Xabi Fernández, le explicó qué hacer para aprovechar al máximo los roles de viento