El expolio de los nazis
La juez rechaza que los familiares de un marchante judío puedan recuperar las tablas
Un tribunal federal de apelaciones de California ha dictaminado que el Museo Norton Simon, de Pasadena, puede conservar dos obras maestras del siglo XVI que representan a Adán y Eva, obra del pintor renacentista alemán Lucas Cranach el Viejo.
Un tribunal federal de apelaciones de California dictaminó el pasado lunes que el Museo Norton Simon, de Pasadena (California), puede conservar dos obras maestras del siglo XVI que representan a Adán y Eva del pintor renacentista alemán Lucas Cranach el Viejo. El fallo confirma una sentencia del 2016 de un tribunal de primera instancia de Los Ángeles que ya rechazó la pretensión de los familiares del marchante judío holandés Jacques Goudstikker de recuperar estas obras. Según estos familiares, el marchante tuvo que desprenderse de un millar de obras de arte para escapar de los nazis en 1940 en los Países Bajos.
La juez Margaret McKeown ha respetado la decisión del Gobierno de Holanda que, tras recuperar estas y otras obras compradas por el mariscal nazi Reichsmarschall Hermann Göring, llegó a un acuerdo con los familiares del marchante y les devolvió un centenar de obras. Luego el Gobierno vendió algunas de las obras que tenía, entre ellas estas dos tablas de Cranach, en 1966, a George Stroganoff-Scherbatoff, un antiguo comandante de la Marina estadounidense descendiente de la aristocracia rusa. Cinco año más tarde, este coleccionista aficionado vendió Adán y Eva al museo de Pasadena, que desde entonces los ha exhibido.
Lawrence Kaye, un abogado de la demandante Marei von Saher, dijo que estaba “obviamente decepcionado” y que revisaría la decisión con su cliente. Por el contrario, desde el museo se emitió un comunicado donde se decía que “la decisión debería finalmente poner fin a este asunto”.
“Sin lugar a dudas, el saqueo nazi de obras de arte fue una atrocidad moral que obliga a una respuesta gubernamental apropiada”, escribió McKeown para la corte de apelaciones. Sin embargo, la misma juez ha decidido respetar la decisión del gobierno holandés de vender las obras y alcanzar un acuerdo con los familiares de Stroganoff-Scherbatoff. Por esa razón, en la sentencia se invoca la doctrina de Estado, por la que los tribunales de Estados Unidos respetan las acciones soberanas de los gobiernos extranjeros y evitan interferir con la capacidad del ejecutivo para conducir la política exterior.