La Vanguardia

Crecen las protestas en Israel contra la nueva ley del Estado judío

La reforma del Gobierno Netanyahu indigna a las tropas drusas del ejército

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

“A mis hermanos los combatient­es drusos quiero pediros perdón porque nuestro Gobierno, el mío y el vuestro, decidió destrozar la unión fraternal y de sangre entre nosotros que se mantuvo durante 70 años, y todo para conseguir algunos votos más en el sector derechista del mapa político”. Así escribió ayer el destacado periodista y exoficial en el ejército israelí Yoav Keren, en el Yediot Aharonot, uno de los diarios más leídos en Israel.

Y es que la llamada ley Estadonaci­ón, aprobada por el Gobierno más derechista de la historia de Israel, encabezado por Beniamin Netanyahu, está despertand­o una polémica sin precedente­s en el Estado judío desde la formación de la actual coalición de Gobierno en el 2015.

La ley –aprobada con 62 votos a favor, 55 en contra y dos abstencion­es– establece que Israel es “el hogar nacional del pueblo judío”, y será añadida a las leyes básicas constituci­onales del Estado. A su vez, la norma declara Jerusalén capital del país, establece el calendario judío como el oficial del Estado y cambia el estatus de la lengua árabe de “oficial” a “especial”.

El próximo sábado por la noche, decenas de miles de judíos israelíes, drusos, beduinos, así como miembros de la comunidad árabepales­tina israelí, pretenden llevar a cabo una gran manifestac­ión en la emblemátic­a plaza Rabin, en el corazón de Tel Aviv. Incluso el presidente de Israel y miembro del partido en el Gobierno, el Likud, Reuven Rivlin, expresó su tajante oposición a una ley que aparenteme­nte contradice la declaració­n de independen­cia de 1948, firmada por los fundadores del Estado, encabezado­s por David Ben Gurión, en la que se asegura el carácter judío del Estado pero que remarca la igualdad de todas las minorías ante la ley.

El jefe de Estado Rivlin declaró públicamen­te que está obligado a ratificar la ley, pero que la firmará en árabe a modo de protesta. Netanyahu, por su parte, se reunió con dirigentes de la comunidad drusa, una minoría religiosa que habita en Israel, así como los países colindante­s de Líbano, Siria y Jordania, que se escindió del islam a finales del siglo X y que tiene un credo monoteísta. El 81% de los drusos, en un porcentaje mayor al de la población judía, sirve en el Tsahal, y la nueva ley ha provocado gran polémica en el seno del ejército.

Un periodista druso del canal público Kan, Riad Ali –cuyo hijo sirve en un destacamen­to de la policía fronteriza en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén– estalló en lágrimas en directo, despertand­o todavía más el debate nacional. Un alto oficial druso declaró que abandonará el ejército porque no está dispuesto a “ser un ciudadano de segunda clase”.

El capitán Amir Jamal fue suspendido durante dos semanas por las autoridade­s militares tras una publicació­n en Facebook en la que se mostraba muy dolido. En el mensaje hizo una petición para que los drusos dejen de servir en el ejército. “Esta mañana, cuando me levanté para ir a la base, me pregunté a mí mismo: ¿por qué?, ¿por qué debo servir al Estado de Israel? Yo, mis dos hermanos y mi padre lo hicimos con amor por la nación y al final, ¿qué recibimos? ¿Ser ciudadanos de segunda? No quiero continuar, y estoy seguro de que cientos de drusos dejarán de servir en el ejército”, escribió.

El general Rasan Alian, que dirigió la brigada de élite Golani en la guerra de Gaza del 2014 y resultó herido en combate, trabaja junto al jefe del Estado Mayor del ejército, Gadi Eizenkot, en un intento de resolver la crisis con la comunidad drusa. El teniente general Eizenkot dirigió ayer a todos los soldados y oficiales un comunicado en el que señalaba que “estamos comprometi­dos con la seguridad de los habitantes de Israel y la victoria en la guerra, pero estamos comprometi­dos también con la preservaci­ón de la dignidad humana, independie­ntemente del grupo étnico, religión o sexo. Así es y así será siempre. Nos comprometi­mos a una responsabi­lidad conjunta y la solidarida­d de combatient­es con nuestros hermanos drusos, beduinos y las restantes minorías que sirven en el Tsahal”. Y añadió: “Dejemos los temas políticos controvert­idos fuera de las institucio­nes militares”.

Eizenkot recibió el apoyo de numerosos altos cargos israelíes en el pasado, que anunciaron su intención de manifestar­se contra la ley este próximo sábado en Tel Aviv. Entre ellos se encuentran el exjefe del Estado Mayor del ejército Gabi Ashkenazi, el exjefe del Mossad Tamir Pardo, los exjefes del Shin Bet Yuval Diskin y Ami Ayalon y el ex inspector jefe de la policía Moshe Caradi. A ellos se unieron 78 altos oficiales en la reserva y exgenerale­s de la policía, que exigieron a Netanyahu alterar la polémica ley del Estado-nación.

El juez árabe israelí Salim Jubran, antiguo número dos del Tribunal Supremo, afirmó en una entrevista en la radio pública que “se trata de una ley racista” y que si él estuviese aún ejerciendo en el tribunal la declararía inválida. No se descarta que el Tribunal Supremo decida invalidar la ley. Según algunos comentaris­tas, parte de los ministros de Netanyahu –que se encuentran con gran oposición a la ley de personalid­ades destacadas del Likud tales como el presidente Rivlin– a lo mejor agradecerí­an a los jueces que les obligaran a dar marcha atrás con la ley. Sin embargo, parte de los ministros del Gobierno, que no esconden la atmósfera preelector­al que se empieza a vivir en Israel, afirman que si el Supremo cae en la tentación de descartar la ley, “sería el final de la democracia israelí”.

En la oposición al Gobierno, encabezada por el partido laborista (Unión Sionista), algunos diputados piensan presentar la declaració­n de independen­cia del país como ley constituci­onal, asegurando así la igualdad de todos los sectores y minorías. “Si el Likud vota en contra, tendrá que pagar un alto precio político, y su verdadera cara saldrá al descubiert­o”, afirmaron ayer fuentes de la izquierda israelí.

PARA MOSTRAR SU DESACUERDO El presidente Rivlin dice que firmará la ley por obligación pero que lo hará en árabe

MÁS QUE LOS JUDÍOS El 81% de los miembros de la comunidad drusa sirve en el ejército

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ODED BALILTY / AP Una protesta en Tel Aviv contra la ley del Estado judío, vista a través de un cartel con la imagen del primer ministro, Beniamin Netanyahu

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