“En México no hay justicia”
Barcelona acoge a dos reporteros amenazados en un país donde los asesinatos de periodistas son frecuentes
El periodismo es una profesión de riesgo en México. Según la organización internacional Artículo 19, han muerto asesinados 105 reporteros desde el 2000 hasta mediados de mayo del 2017. Ya van seis en lo que va de año 2018. Las amenazas al colectivo son constantes y están lejos de desaparecer. Los periodistas del diario El Sur Luis Daniel Nava (35) y Jacob Morales (29) están en Barcelona para denunciarlas, pero también para tomarse un respiro durante unos meses. Ambos han recibido amenazas por denunciar la violencia y los abusos del poder político y económico en el estado de Guerrero, en la costa del Pacífico.
No hace tanto tiempo, en marzo, Morales fue amenazado de muerte a través de un mensaje por teléfono de un desconocido. Desde el mes de enero, seguía el enfrentamiento por el proyecto hidroeléctrico de La Parota, que se saldó con once muertes y 25 personas encarceladas. Desde que recibió el mensaje, el miedo se apoderó de él y decidió mudarse de Acapulco a Chilpancingo, la capital del estado. Siguió trabajando para El Sur, pero tratando otros temas. También se acogió al mecanismo estatal de protección de periodistas, que le dio herramientas para defenderse, a sí mismo y a su familia.
Nava ha sufrido varios asaltos en los dos últimos años. Un robo, una persecución en moto y una agresión física en mayo. Está especializado en movimientos sociales y violencia en la sierra de Guerrero. No ha cambiado de domicilio ni tampoco se ha acogido al mecanismo de protección. Lo considera ineficiente, como tantas otras facetas del Estado, al que acusa de ser cómplice de los atentados a la libertad de expresión y la vida de periodistas y otros colectivos.
Guerrero es uno de los estados más violentos de México. Se registraron 2.529 homicidios dolosos en el 2017; 1.408 en el primer semestre, marcado por un tenso clima preelectoral. Pero las amenazas de muerte son sistemáticas en este país. Los periodistas culpan a la clase política del PRI que, tantos años instalada en el poder, ha cedido ante los intereses de los grandes empresarios, ha dejado campar a sus anchas a los grupos armados y la policía y ha mirado hacia otro lado a la hora de perseguir el narcotráfico. “El problema está en la impunidad que gozan todos estos actores de la sociedad mexicana. No hay justicia. No ha habido condenas por el asesinato de ningún periodista. Las leyes existen, pero nadie las cumple. Es grave porque un atentado contra uno de nosotros es un atentado a la democracia, se ataca directamente el derecho de información”, denuncian.
Sin embargo, ambos guardan esperanzas en el cambio histórico de gobierno que se producirá tras la victoria electoral de Andrés Manuel López Obrador con el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y la salida de Enrique Peña Nieto, del PRI. “La sociedad mexicana le ha dado mucha confianza. Tiene una amplia mayoría para hacer los cambios necesarios para garantizar la paz y la libertad y hacer justicia de una vez por todas. Si Obrador no hace nada, nos llevaremos una gran decepción. Ha prometido mucho. Esperamos poder ejercer libremente la profesión y que se acabe con la precariedad. Sólo tres de cada diez periodistas tienen contrato”, aseguran.
Estos meses, Nava y Morales descansarán en Barcelona, pero en otoño, ambos están preparados para volver a la carga . “No podemos dejar el periodismo. Ya somos pocos y si abandonamos, dejaremos sin voz a los que luchan por hacer justicia”, apunta Nava, que asegura que volverá a la sierra.
Morales no tiene tan claro su futuro. Quizás deje la prensa por un tiempo y se pase a la radio o la televisión. Explica que son medios menos problemáticos porque los temas se abordan con menos profundidad que en la prensa. Sin embargo, dice que no estará tranquilo del todo. En México, un periodista nunca sabe si volverá a casa para cenar.
Nava y Morales confían en que López Obrador “garantice la paz y la libertad de una vez por todas”