Miles de nicaragüenses que huyen de la represión desbordan Costa Rica
Costa Rica está desbordada por la llegada de miles de nicaragüenses que cruzan la frontera para huir de la grave crisis política que vive el país desde el pasado mes de abril. Más de 300 personas han muerto por la dura represión policial y la violencia paramilitar.
Según las autoridades costarricenses, el país registra una media de 200 solicitudes de asilo al día de personas que provienen de su país vecino. Desde abril, ya ha concedido alrededor de 8.000 permisos y tienen otras 15.000 solicitudes procedentes de Nicaragua en lista de espera.
Los servicios de acogida de Costa Rica “están desbordados”, denunció el lunes William Spindler, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados. Para paliar la situación, la Acnur prevé aumentar su presencia en la región fronteriza y en la capital, San José. El objetivo es dar asistencia a los recién llegados y ayudar a los funcionarios de migraciones para aumentar de 200 a 500 el número de solicitudes de asilo que se procesan a diario.
“Acnur valora los esfuerzos de Costa Rica por mantener abiertas sus fronteras a los nicaragüenses pero al mismo tiempo insta a la comunidad internacional a ofrecer apoyo a este país en línea con el espíritu de solidaridad y de reparto de la responsabilidad del pacto global sobre refugiados” abogó.
En una rueda de prensa en Ginebra, el portavoz también explicó que si bien Costa Rica ha recibido al grueso de los solicitantes de asilo, los nicaragüenses también han huido hacia Panamá, México y Estados Unidos. “El número actual de refugiados en estos países es bajo, son centenares”, añadió.
Por su lado, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) denunció que la represión del Gobierno hacia personas que protestan contra Ortega ha mutado en una “aniquilación y cacería”, lo que ha obligado a muchos a un exilio forzado.
En un informe, el Cenidh indicó que las “fuerzas represivas” del Gobierno han llevado a prisión a unas 1.900 personas, de las cuales se sabe que 482 permanecen detenidas y 98 se enfrentan a procesos judiciales.
“La violencia de Estado tiene como objetivo no sólo desmontar las acciones de resistencia, sino también provocar el mayor número de muertos, capturar al mayor número de personas y someter a las poblaciones de los territorios ocupados por estas fuerzas represivas a verdaderos estados de sitio”, advirtió la organización.